El sorprendente empate del Almería ante el Sabadell puso la guinda a un fin de semana perfecto para los intereses del Mallorca. Su triunfo en Vallecas ante el Rayo, las derrotas de Espanyol, Sporting y Leganés ante Girona, Castellón y Las Palmas, respectivamente, deja a los de Luis García colíderes de la categoría y asentados en los puestos de ascenso directo. Una posición que se ha labrado desde el inicio de la temporada y que se ha cimentado, especialmente, en su sobresaliente rendimiento lejos de la isla.

Los engranajes de este Mallorca han encajado a la perfección para desatar una tormenta perfecta siempre que el balón echa a rodar fuera de casa. Y si en algún momento ha necesitado de dosis de fortuna –dos penaltis en la victoria ante el Cartagena–, tan importante como otras cuestiones más técnicas en el mundo del fútbol, también le han sonreído de cara, cultivando un cóctel de resultados que lleva a liderar esa estadística en la categoría, acumulando ya más de una vuelta sin perder a domicilio.

«El equipo es como un reloj fuera de casa». La expresión empleada por el técnico Luis García en la sala de prensa de Vallecas casa a la perfección con los números que presenta el Mallorca como visitante: once partidos, siete victorias, cuatro empates y cero derrotas, con trece goles a favor y solo cuatro en contra – el primero no llegó hasta la duodécima jornada en Cartagena–. Veinticinco puntos cosechados de los cuarenta y cinco que atesora en el cómputo global. Unas estadísticas de equipo campeón, sinónimas del estilo de juego que practican los bermellones al hacerlo a domicilio.

Si un aspecto ha destacado por encima del resto es su solvencia en defensa. Juegue quien juegue, los zagueros bermellones secan a sus rivales mucho antes de poder llegar con peligro a la portería de Manolo Reina. Con la única excepción del empate ante el Oviedo (2-2), el Mallorca ha demostrado una solidez mayúscula en campos tan complicados como Cornellà, Butarque o Juegos del Mediterráneo. Ya no se trata de haber echado el candado a su portería en ocho de los once desplazamientos, sino que apenas dejan al contrario generar ocasiones.

Es cierto que tanto el día en el Tartiere como este sábado ante el Rayo el equipo sufrió en ciertos momentos del encuentro y encajó tres goles, pero la tónica habitual y que les ha permitido seguir como invictos ha sido provocar que Reina haya pasado desapercibido en la mayoría de duelos. En especial durante las segundas partes, manteniendo resultados cortos a favor y frenando cualquier intento de sacar el partido adelante o remontar un resultado adverso. No obstante, son tres los duelos que acabaron con idéntico resultado a como empezaron, pero en ninguno de ellos el Mallorca sufrió en exceso para asegurarse como mínimo un punto en el bolsillo.

El otro punto fuerte que ha mostrado ha sido su efectividad en momentos clave. Quitando los primeros veinte minutos del duelo ante el Oviedo y el Rayo que se saldaron con cinco goles, el Mallorca ha sabido ser certero cuando el partido más lo necesitaba. Así, por ejemplo, ante el Almería se llevó el partido en el minuto noventa en un momento de inspiración divina de Abdón; ante el Girona, le bastó una obra maestra en los primeros minutos para tumbar al conjunto catalán, y ante el Leganés, una buena definición de Amath en el área.

«El equipo defiende y juega muy bien. A domicilio nos atacan más, cuando tenemos la pelota tenemos calidad y los equipos están abiertos». Por ahí es donde radica una de los mayores ventajas que está sabiendo aprovechar el Mallorca. Cuenta con futbolistas como Salva y Galarreta que dominan la pelota y la posesión, pero el equipo también sabe correr al espacio y aprovechar los huecos en defensa. Y si eso no funciona, la presión adelantada hace el resto.

El equipo tardó varios partidos en ajustar este mecanismo de juego, pero lo aplica cada vez con más criterio y mejores resultados. Especialmente en el arranque de los partidos, los hombres de Luis García ahogan con su presión el intento por hacerse con el dominio del partido del contrario. Muy importante en este aspecto es la presencia de Dani Rodríguez. El de Betanzos, que cumplió 100 partidos con la elástica bermellona, marca el momento y hasta qué punto debe presionar el equipo. Ante el Rayo los dos goles nacieron gracias a ello. En el primero, presionando un saque de banda cerca del área rival, y en el segundo robando un balón tras una pérdida de un rival tras un saque de puerta.

Vallecas, Montilivi, Butarque, Juegos del Mediterráneo… No hay campo de los llamados a pelear por el ascenso que sea inexpugnable, por el momento, para el Mallorca. Tan solo el Espanyol, visitado en la segunda jornada, se libró de ver cómo los de Luis García se marchaban con la victoria en el zurrón.

La próxima parada del reloj, coincidiendo con la jornada 12 a domicilio, será el viernes 5 de febrero ante el Albacete en el Carlos Belmonte. Una nueva oportunidad de seguir aumentando la racha.