El Mallorca le dejó claro al Espanyol de Vicente Moreno que si quiere subir a Primera División se lo tendrá que sudar hasta el último partido, por mucho que presuma del mayor presupuesto de la categoría. El equipo mallorquinista arrancó un meritorio empate ante los catalanes, en un partido muy serio de los de Luis García, de principio a fin. Contundente y concentrado en defensa, dominador en el centro del campo, con un Febas omnipresente, pero desaparecido en ataque, en lo que fue el único lunar del equipo, el grupo de Luis García logró un empate que le debe servir para creer en sus posibilidades, en que pelear por el ascenso ha de ser el objetivo.

El Mallorca cuajó una meritoria primera parte, no por lo que hizo, sino por lo que no dejó hacer al Espanyol. El equipo se mostró muy serio en defensa, conteniendo a los hombres de ataque del conjunto de Moreno, sobre todo a Raúl de Tomás y Embarba. El problema residía en el ataque, o en la falta de él. Nulo ante el Rayo Vallecano en el estreno de la Liga, Álex Alegría dejó su sitio a Abdón, pero nada cambió. El equipo rojillo, en este partido de rosa, sigue sin celebrar un solo gol tras 180 minutos de juego. El problema no es solo que no marque, sino que apenas crea ocasiones ante la portería rival. Sucedió el pasado domingo, y lo mismo hoy. Lo que hubiera ocurrido con Budimir sobre el terreno de juego, en rebeldía o algo parecido, nunca se sabrá. Pero si finalmente el croata se va al Valladolid se hace urgente fichar un hombre gol. De lo contrario, las aspiraciones de ascenso del equipo se pueden ir al garete.

Uno de los motivos de esta falta de punch en ataque hay que buscarlo en que alguno de los futbolistas no juega en su sitio. Por ejemplo, Dani Rodríguez. Imprescindible para Moreno, y también para Luis García, el gallego, todo potencia y buen conductor del balón, estuvo perdido en banda. Apenas entró en juego y su presencia es durante muchos minutos testimonial. El técnico parece tenerlo claro, pero ahí seguirá jugando Dani a la espera de que Mboula se haga con una de las bandas. De momento, es todo un lujo que el equipo no se puede permitir. En la otra, Lago Junior volvió a ser demasiado intermitente. Ayer no se fue nunca de Didac. Tampoco apareció Salva Sevilla, que fue titular, que pasó sin pena ni gloria ante su exequipo. Solo se le vio en algún lanzamiento de falta, pero siempre disparando flojo.

La sorpresa agradable de la tarde fue Febas. El catalán, titular indiscutible con Luis García, cuajó el que sin duda ha sido su mejor partido desde que viste la camiseta del Mallorca. Por detrás de Abdón, Febas se sintió protagonista durante todo el partido. Siempre que contactaba con el balón sucedía algo, y algo bueno para el equipo. Criticado por su falta de entrega, por su intrascendencia cada vez que entraba en el terreno de juego, fue ese jugador que despertó el interés del Mallorca. No fue la única grata sorpresa. Sastre también estuvo a un gran nivel. Rápido, contundente, anuló a Wu Lei, que estuvo solo una hora sobre el terreno de juego, aburrido de no tocar el balón. Y gran culpa de ello la tuvo el de Porreres. Este Sastre sí tiene sitio en el lateral derecho. Este domingo fue posiblemente el mejor jugador sobre el terreno de juego.

El equipo de Luis García fue de menos a más. La segunda parte fue suya de principio a fin, aunque siguió adolenciendo de punch en ataque. Alegría entró por Abdón a quince minutos del final, que se vació y poco más. Al menos el empate no se le podía escapar al Mallorca, que vio cómo su rival se quedó con diez por expulsión de Marc Roca, que vio dos amarillas en cinco minutos, la segunda en el 83. Con uno más, el técnico dio entrada a Mboula y Antonio Sánchez, y el primero tuvo la ocasión más clara de los rojillos, por no decir la única, tras recibir un gran pase de Raíllo. El catalán se plantó ante Diego López pero su disparo se topó con un defensa local.

El punto hay que darlo por bueno, sobre todo porque delante estaba el primer favorito a ascender a Primera, que estuvo plano y sin chispa. Luis García le ganó la partida a un Moreno que no supo meterle mano a sus antiguos jugadores. Este empate debe dar confianza a un grupo que quedó tocado tras la primera jornada.

EL ÁRBITRO

Arcediano Monescillo no tuvo problemas en un partido plácido, aunque tuvo el lunar de no haber mostrado doble amarilla a Miguelón, al que perdonó a los 20 y 33 minutos por un agarrón a Febas y una patada a destiempo a Lago.

Lo mejor: El planteamiento

El Mallorca afrontó el partido ante el Espanyol con las ideas muy claras, con marcajes estrechos en defensa y presión máxima en el centro del campo, que anuló las pocas ideas que tenía el equipo de Vicente Moreno, muy plano toda la tarde.

Lo peor: La preocupante falta de gol

Pensar lo que hubiera pasado con Budimir en el terreno de juego nunca se sabrá, pero está claro que la gran asignatura pendiente de este Mallorca es la falta de gol. Mboula, al final, tuvo la más clara en una tarde muy cómoda para los dos guardametas.

LA CARA: ALEIX FEBAS

Si ante el Rayo Vallecano fue uno de los peores sobre el campo, ayer ante el Espanyol Aleix Febas dio muestras, por fin, de lo que es capaz de ofrecer al Mallorca. Situado por detrás del delantero, el leridano cuajó posiblemente su mejor partido desde su llegada y con su lucha y calidad en el pase causó más de un problema a los de Vicente Moreno. 

Acostumbrado a jugar como mediocentro al uso, su posición adelantada ayer, aunque con algunos fallos en la primera mitad, le permitió explotar sus cualidades. Mejoró con el paso de los minutos y eso lo notó el equipo. Peleó todos los balones, provocó una infinidad de faltas y distribuyó con criterio. Febas fue el conductor del juego de los bermellones. Cuenta, y se nota mucho, con la confianza de García Plaza. Debe seguir así. 

LA CRUZ: DANI RODRÍGUEZ

Es el gran perjudicado hasta el momento del planteamiento de Luis García Plaza. Dani Rodríguez, que no desconoce jugar en la izquierda, está siendo obligado a aceptar un rol para el que no está preparado, teniendo que actuar como un extremo al uso en vez de poder dejarse caer por dentro. 

Ya le pasó ante el Rayo y ayer ante el Espanyol se acentuó mucho más. Fueron muy pocas las ocasiones en las que Dani intervino en alguna jugada. El de Betanzos, que es todo corazón en el terreno de juego, está encorsetado en el costado y apenas puede participar del juego mallorquinista en ataque. Laborioso en las ayudas al debutante Oliván, tan solo en la segunda parte, con las líneas más separadas, se le pudo ver más. Se espera que con la entrada de Mboula vuelva a la mediapunta, su hábitat natural.