Cualquier día es malo para perder, pero el Mallorca ha elegido posiblemente el peor,. De la posibilidad de ponerse a un punto, los pucelanos están ahora a siete, y lo que es peor, el equipo sigue en el barro del descenso. Desde el 3 de noviembre no ganaba el Valladolid y, precisamente, lo hizo ante el Mallorca.

Entró dormido al partido el Mallorca, como si la importancia del mismo le fuera ajena. Se esperaba a un equipo de Moreno con sus señas de identidad cada vez que juega ante su público, mordiendo, entregados del primero al último para la causa. Y fue todo lo contrario, para alegría de un Valladolid que se hizo dueño de la pelota casi sin querer, porque no le quedaba más remedio, porque su rival se la regalaba. La afición, que en buen número se acomodó en las gradas con mucho retraso porque los tornos de la puerta cuatro del estadio no funcionaban, se durmió con el espectáculo.

La despertó el colegiado catalán Medié Jiménez, que dio un concierto de pito, siempre innecesario. Desde el minuto uno se vio que no le iba a regalar nada al Mallorca y que, en caso de duda, señalaría a favor del Valladolid. Interrumpió continuamente el juego, lo peor que puede hacer un árbitro, ya que siempre va en perjuicio del espectáculo. En disputas legítimas del balón señalaba falta, casi siempre a favor de los pucelanos, para desesperación de los locales, cada vez más desquiciados.

El duelo entró en una fase anodina. No reaccionaba el Mallorca, y le salvaba que el Valladolid no tenía la puntería afinada. Y llegó la jugada polémica del partido. Lumor, en el que posiblemente haya sido su mejor partido como rojillo -a lo mejor es que le ve las orejas al lobo con la llegada de Koutris-, se interó por la banda izquierda en posición de extremo. Su centro llegó a Dani Rodríguez, que empalmó con la derecha para marcar el 1-0. Gol que no subiría al marcador porque, previa consulta del VAR, el árbitro consideró, con razón, que el balón había sobrepasado la línea de fondo cuando centró el ghanés. Fue la gota que colmó el vaso de una afición cada vez más molesta con Medié Jiménez. Las protestas conllevaron la expulsión de Dani Pendín, segundo de Moreno, y la amarilla a Reina por protestar.

Este gol anulado enrabietó al Mallorca, que vivió sus mejores momentos. Sastre, Cucho, Dani Rodríguez y de nuevo el colombiano intentaron sorprender a un Masip que había vivido una primera parte más que plácida.

La segunda parte no pudo empezar peor para el Mallorca. Raíllo tuvo que abandonar el terreno de juego por una lesión de rodilla, producida en una jugada aparentemente sin ningún peligro. Habrá que estar muy pendiente de cómo evoluciona, pero no pinta nada bien. Y como que todo puede empeorar, a los diez minutos llegó el gol del Valladolid. Lo marcó Ünai de cabeza, pero el mérito hay que dárselo todo a Guardiola, que tras robar el balón a Lumor casi en el área vallisoletana, recorrió toda la banda derecha para poner el balón en la cabeza del turco.

El Mallorca se encontraba en el peor escenario posible, con un gol abajo y sin visos de reacción. La empanada seguía siendo considerable. Morenó dio entrada a Kubo por Dani Rodríguez, un cambio que no entendió parte de la grada. Pero nada cambió. Ayer no era el día del Mallorca, al que no se le puede negar que lo intentara, pero sin ninguna convicción. Si en este Mallorca no aparece Salva Sevilla, Dani o Budimir, es dar mucha ventaja al rival. Y el Valladolid jugó a placer en Son Moix. Un resultado que deja muy tocado a los rojillos, que han tirado por la borda la oportunidad de abrir hueco con respecto al Espanyol, su próximo rival.