Era una buena oportunidad para seguir en la pelea. Y el Mallorca no la desaprovechó. Gracias al protagonismo absoluto de Dani Rodríguez, autor de dos de los tres goles al Lugo y objeto del penalti en el tercero marcado por Lago. El equipo se puso rápido a hacer los deberes. A los ocho minutos ya ganaba 1-0. Fue Dani Rodríguez, uno de los indiscutibles de Moreno, quien batió a Juan Carlos de manera meteórica. El gallego firmó el gol, pero todo el mérito hay que adjudicárselo a Budimir, sin duda uno de los hombres del partido. El croata se fabricó él solo la jugada. Con su 1,90 de estatura, se desembarazó del defensa que le marcaba y la pasó a Dani Rodríguez para que solo tuviera que empujar el balón al fondo de la portería. De un jugador tan alto siempre se piensa que será un patoso con el balón en los pies. No es el caso de Budimir, técnicamente muy dotado, con un zurda que parece un guante y capaz de combinar con cualquiera de sus compañeros.
Después del mercado de invierno, Moreno encontró su once tipo. El de ayer ante el Lugo. Budimir es el punta titular, relegando a Álex López al banquillo y a Abdón a la grada. El resto, los de siempre. Valjent ha quitado definitivamente el puesto aXisco Campos y Sastre a Gámez. La duda reside en si Aridai aguantará la presión que ejerce, de momento desde el banquillo, Leo Suárez, un jugador de calidad contrastada.
Con el gol, el Mallorca se durmió en los laureles, lo que siempre supone un peligro con un margen de ventaja tan corto y, sobre todo, ante un rival que, pese a su mala clasificación, es de los equipos que más posesión de balón tienen de la categoría. El equipo de Moreno corrió demasiado detrás del balón. Mala señal. Lo poco que pasaba en las áreas eran en jugadas a balón parado. A los 34 minutos Raíllo cabeceó a las manos de Juan Carlos y dos minutos después el Lugo pudo empatar en un cabezazo de Menosse que se fue rozando el poste derecho de la portería de Reina. Poco más ocurrió en una insulsa primera parte en la que el tempranero gol de Dani Rodríguez adormeció a los rojillos. Si a eso le añades que Salva Sevilla apenas entró en juego, víctima de un marcaje prácticamente al hombre de Seoane, se entiende un poco más la insípida primera parte del Mallorca.
En el segundo periodo apenas cambió el guión, pese a que el Mallorca pudo marcar el segundo muy rápido. Una gran jugada de Lago, muy activo toda la matinal, no fue aprovechada primero por Dani Rodríguez, que hizo una pifia de remate, y después por Sastre, que envió el balón a la pista de atletismo. Tan claro lo debía haber visto el autor del gol que, tras su simulacro de remate, se tapó el rostro con la camiseta. No iba a disfrutar de otra igual en lo que quedaba de partido.
Un partido que, pese a la inoperancia en ataque del Lugo, estaba peligroso. Como colectivo, el equipo no funcionaba. No llegaban balones a los delanteros y Salva Sevilla seguía sin llevar la manija del partido. Y cuando eso ocurre siempre son malas noticias para el Mallorca. Nada le salió al almeriense, al contrario que casi siempre.
Pero el fútbol es caprichoso. Y cuando menos cosas pasaban sobre el terreno de juiego, el partido se acabó en el minuto 68. Cuando lo decidió Lago, que se marcó otro partido espectacular. El costamarfileño se fue de dos contrarios en un palmo de terreno ante el banquillo del Lugo y regaló un centro medido a Dani Rodríguez, autor de un gol de cabeza de bellísima factura, marcando todos los tiempos del salto. El gallego responde con goles a la confianza de su técnico, el primero que valoró su indiscutible calidad.
Con el 2-0 el equipo de Alberto levantó bandera blanca. Y el Mallorca tuvo opciones de aumentar su ya cómoda ventaja. Primero en una contra tras un saque de esquina del Lugo que Leo Suárez, sustituto de Aridai, finalizó picando el balón encima del portero. Se fue por muy poco. Y dos minutos después fue Budimir quien, con todo a favor, lanzó el balón alto. Fue su última acción del partido. Moreno le sustituyó por Álex López y se retiró entre una gran ovación. Bien merecida. El partido todavía depararía una última sorpresa con un penalti cometido sobre Dani Rodríguez en el minuto 91. Todo parecía indicar que el gallego sería el encargado de lanzar la pena máxima para intentar firmar un triplete. Pero en el equipo todavía hay galones. Parecía que iba a tirarlo Salva Sevilla pero, finalmente, fue Lago el que firmó su décimo gol de la temporada.
El Mallorca fue el justo vencedor. Sin hacer nada del otro mundo fue muy superior a un Lugo que las pasará canutas para mantener la categoría. El Mallorca sigue en la lucha, con su gran eficacia en casa que ha de mejorar fuera. Próxima cita, el viernes en Tenerife.
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