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Olaizola empieza con exigencias

"Hay que salir como un cohete", reclama el vasco a sus jugadores en su intensa primera sesión como técnico del Mallorca

Olaizola pide intensidad desde el primer día

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"Este les va a espabilar de verdad", decía esperanzado un aficionado mientras asistía al primer entrenamiento de Javier Olaizola como entrenador del Mallorca. Eran las 11:30, aunque ya desde dos horas antes la actividad estaba siendo intensa en Son Bibiloni. Fue una mañana frenética, de esas que ya se han repetido demasiadas veces en los últimos años en la ciudad deportiva, en la que se produjo el traspaso de poderes entre el donostiarra y el destituido Fernando Vázquez, que quiso despedirse de los que hasta el lunes fueron sus jugadores y del resto de empleados del club. Nadie faltó a la cita. El consejero delegado Maheta Molango, el director deportivo Javier Recio y el presidente Monti Galmés respaldaron en su adiós al gallego, que pronunció unas palabras a los futbolistas en el vestuario después de darse un caluroso abrazo con su sucesor. Óscar Bruzón, el ayudante del de Castrofeito y que apenas ha estado mes y medio en la isla, le acompañaba. A unos metros, Pepe Gálvez y Alfonso Pérez Muñoz, que hasta ahora trabajaban en la dirección deportiva, se disponían a dirigir su primera sesión con el filial de Segunda B.

Muchos cambios de los que depende el futuro del club a corto plazo. No obstante, los focos se centraban en Olaizola, que radiaba ilusión por los cuatro costados, y su ayudante Julián Robles. Ambos acudían a su habitual lugar de trabajo, pero permutaban el vestuario del segundo equipo con el de los mayores. Después de una breve presentación, tanto jugadores como el cuerpo técnico, en el que siguen el preparador físico Jaume Moll y el de porteros Miki Garro, saltaron al césped. No era una día igual para nadie. Todos, absolutamente todos, empiezan de cero, lo que renueva las ilusiones de los que tenían menos protagonismo con Vázquez.

Olaizola reunió a la plantilla y empezó un entrenamiento en el que se realizaron ejercicios de fuerza y, después, un partidillo en espacio reducido. Ahí es cuando el técnico vasco empezó a mostrar su sello. Quiere devolver la confianza al equipo y, por eso, empezó por el principio. "Sois la mejor plantilla de Segunda, nadie es mejor que vosotros, solo hay que demostrarlo en el campo", gritó mientras sus pupilos se esforzaban. Recio y el embajador del club, Iván Campo, no perdían detalle de la escena.

Olaizola es de los que está encima de cada ejercicio y cuando no le gusta algo lo recrimina con vehemencia. "Levantad la cabeza", gritaba cuando se produjo un mal pase durante el partidillo. Es consciente de que necesitan ganar en Almería este domingo porque, en caso de derrota, presumiblemente entrarán en puestos de descenso a Segunda B. "Hay que salir como un cohete", se desgañitaba. La intensidad era alta, como si se tratata de un partido, por lo que también pedía prudencia en algunas acciones. "¡No os hagáis daño eh!", subrayaba.

El bermellón conversó en privado durante varios minutos con el portero Santamaría, que curiosamente el lunes también se confesó con Vázquez. Y también con Álex Vallejo, que tiene una nueva oportunidad para tener minutos. Pasadas las doce finalizó la primera sesión dirigida por Olaizola. Esto solo acaba de empezar. Para todos.

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