Está siendo extraña la temporada del Real Mallorca. Aunque la clasificación abochorna, el equipo suele caer derrotado con cierta dignidad. Por ejemplo, resulta difícil explicar por qué los bermellones perdieron el sábado en Tenerife. Quizás con un director deportivo más cualificado el proyecto habría tenido los ingredientes necesarios para ser verdaderamente competitivo. Las fallidas elecciones de Miquel Soler y Albert Ferrer son los dos errores más notorios de Miquel Àngel Nadal al frente de la secretaría técnica, aunque no los únicos. El mercado de invierno es la última baza de la entidad para remontar y meterse en la pelea por el ‘play-off’. Tranquiliza que el mexicano Gerardo Fuentes haya cogido el mando de las operaciones.
La herencia recibida
De momento la confianza de Utz Claassen en la dupla formada por Pepe Gálvez y Alfonso Pérez es “absoluta”, aunque ya se sabe que en el fútbol es mejor no pronunciar palabras tan gruesas. Más todavía si se habla de un Mallorca cuyo banquillo ha acogido a casi una decena de entrenadores desde el descenso. Al final serán los resultados los que juzgarán el trabajo de Gálvez, pero convendría que el club comunicara públicamente que el calvianer será el entrenador hasta el final de temporada. La actual interinidad juega en su contra y le resta legitimidad ante los futbolistas, necesitados de una figura fuerte y con autoridad. En la entidad se considera que los problemas que todavía arrastra el equipo son cosas de la herencia recibida de la etapa de Albert Ferrer, y que se irán corrigiendo con el trabajo del nuevo cuerpo técnico. Lo dicho, los resultados darán y quitarán razones.
Profetas
A estas alturas es recomentable no mirar la clasificación ni emitir juicios demasiado categóricos. Que a lo mejor alguno que lleva desde agosto vaticinando el apocalipsis se lleva un disgusto.
Más madera
‘El Cádiz pasa sin apuros’, tituló socarronamente en su portada el Diario de Cádiz para retratar el ridículo del Real Madrid por la alineación indebida de Cheryshev en la Copa del Rey. El club blanco ha perdido una gran oportunidad para demostrar señorío admitiendo la chapuza y depurando responsabilidades. En lugar de eso, prolonga la farsa con recursos varios y pretendiendo pasar por una víctima del sistema.
Un circo muy caro
El Mundialito de Clubes, o como se llame este año, da más problemas que prestigio a los equipos europeos a los que les toca sufrirlo. El Barcelona se expone a lesiones, un desplazamiento extenuante en plena competición y el riesgo de acabar devorado por la autocomplacencia, que es lo que le sucedió al Real Madrid la pasada temporada. Pero este circo es caro y hay que mantenerlo aunque sea a base de pachangas.
Un derbi de 15 euros
El Día del Club es una medida tremendamente injusta salvo en algún caso excepcional. Por ejemplo el Llosetense, que con motivo del derbi contra el Atlético Baleares hará pagar quince euros a los socios y a los que no lo son. Es muy legítimo que el club del Raiguer aproveche la única ocasión que tendrá para hacer caja antes de concluir su ruinoso paso por Segunda B.
La suciedad del deporte
Las presuntas corruptelas de las federaciones deportivas empieza a ser un asunto muy grave. El último investigado es José Luis Sáez, presidente del baloncesto. A ver si el próximo Gobierno tiene la valentía de hacer una imprescindible limpieza en el deporte español.
