Nunes tiene motivos sobrados para sentirse agraviado, aunque la lista es larga. A Olaizola también le han humillado y su futuro, si depende del dúo Classen-Cerdà, es tan volátil como el de Karpin.

Concretada la venta de las acciones de Pedro Terrasa al alemán, lo que ya era un secreto a voces, el consejo de aniquilación del Mallorca interpreta el lema antónimo al de los Tres Mosqueteros: todos contra uno y uno contra todos.

El exgerente y exdirector general abandona el barco peor de lo que lo encontró, pero con la plusvalía de rigor como premio a su eficaz labor de zapa. Miquel Dalmau y Vicenç Grande continuarán siendo los únicos directivos a quienes el Mallorca ha costado dinero, aunque Serra Ferrer lleva camino de superarles en tan ingrata carrera.

En cuanto a la presencia de la primera dama de Herr Professor como nueva consejera de facto, lo que facilitará que el presidente no tenga que invitarla especialmente, deberían haber consultado a Miquel Angel Nadal, distraído en las condiciones del traspaso de Marco Asensio. Ya sabemos que la familia discrepa de la cuota femenina en mundos habitualmente reservados a los hombres. Claro que si uno también es de los que facturan, el efecto de la piedra sobre el agua atenúa las ondas.