Cerdà negocia a tres bandas

Biel Cerdà negocia simultáneamente con tres grupos interesados en adquirir la mayoría accionarial del Real Mallorca que reúnen Llorenç Serra Ferrer (49 por ciento de los títulos) y él mismo (5,4 por ciento). Dos de estos inversores son extranjeros y el tercero español, según confirmó ayer el pollencí a DIARIO de MALLORCA.

Es el presidente el que de momento lleva la iniciativa de las negociaciones, pese a que es consciente de que en caso de querer materializar una compraventa necesitaría el visto bueno de Serra Ferrer. Ambos están atados por una sindicación y una hipotética venta conjunta requeriría de la autorización de ambos.

Por ahora el pobler se mantiene al margen de los movimientos de Cerdà, aunque a ambos les une un interés común por deshacerse de sus respectivos paquetes accionariales y abandonar el Real Mallorca.

Las negociaciones que está manteniendo el pollencí a tres bandas a grupos cuya identidad no han trascendido de momento no están todavía maduras, pero deja claro que el presidente no tira la toalla después de la frustrada venta a Dudu Aouate. El israelí llegó a ofrecer 2,7 millones de euros a Cerdà por su reducido porcentaje, pero el pollencí culpó a Serra de que no se hubiera materializado la operación al no enviarle su autorización firmada.

Cerdà siempre ha admitido que busca inversores para el club, y que en los últimos meses ha contactado con varios compradores en potencia, aunque a día de hoy no ha fructificado ninguna negociación.

El Mallorca se gobierna ahora gracias a la buena sintonía que presiden las relaciones entre el pollencí y Utz Claassen, a consecuencia de lo cual se pudo nombrar director deportivo a Miquel Àngel Nadal hace tres semanas. Ese entendimiento entre ambos accionistas -ambos niegan que haya un acuerdo formal para ir de la mano- ha empujado a Serra Ferrer a anunciar su abandono definitivo de la gestión diaria de la institución.

Cerdà ha vuelto a recuperar mucho del poder que perdió cuando fue destituido de su cargo de apoderado y participa activamente en la planificación de la próxima temporada, supervisando incluso la dirección deportiva. Sin embargo, una oferta atractiva por su paquete accionarial le convencerá para irse.

De todos modos la llegada de una propiedad estable no parece cercana porque aún en el caso de encontrar a alguien que acepte pagar lo que pida el presidente, empezará una complicada negociación entre Serra y Cerdà.