Los copropietarios del Lluís Sitjar y el grupo municipal del PSIB bendicen la remodelación de Son Moix que tienen en estudio el Real Mallorca y el Ayuntamiento de Palma. Los primeros han autorizado al club a dar forma a la iniciativa mientras conserven un asiento en el futuro estadio; los socialistas se felicitan porque el PP rescate un planteamiento que ellos pusieron sobre la mesa cuando gobernaban hace tres años.

"Es la única solución para sentirnos cómodos. Ahora el Mallorca y el Ayuntamiento tendrán que hablar de la parte técnica, ver cuántos metros cuadrados de área comercial será necesario habilitar para rentabilizar el proyecto y que Cort saque lo suficiente para derribar el Sitjar y hacer la cuña verde. Lo único que nosotros queremos es conservar un asiento en el estadio", indicó a este rotativo Joan Aguiló, presidente de la Asociación de Copropietarios del Lluís Sitjar.

"Se han perdido tres años, pero significa volver al sentido común y a la propuesta que hicimos nosotros", subrayó Yolanda Garví, regidora de Urbanismo con el PSIB la pasada legislatura. "Lo que necesita la ciudad es que la ruina del Sitjar sea demolida y se convierta en una zona verde. La solución pasaba por Son Moix. Lo otro era una gran operación inmobiliaria", añadió Garví.

Casi tres años después, el Mallorca ha tenido que abandonar su idea de levantar un nuevo estadio donde ahora se ubica el Sitjar construyendo porque el Ayuntamiento -el actual en manos del PP y el anterior dominado por el PSIB- ha rechazado ceder los 30.000 metros cuadrados de terreno público necesarios para construir el centro comercial que financiaría toda la obra.

De este modo Biel Cerdà, gran defensor de ese plan ha tenido que tirar la toalla y aceptar lo que sería una permuta que implicaría ceder a la ciudad el terreno donde se ubican las ruinas del Sitjar a cambio de tener la propiedad de un Son Moix que se remodelaría, eliminando las pistas de atletismo y asientos.

"He ido al Sitjar desde que iba en la barriga de mi madre", se resignó Aguiló, representante de más de doscientos copropietarios que poseen unos 400 títulos.

"Con este plan se podría acabar el parque", destacó Garví. "Queda un largo camino por recorrer pero que haya consenso ya es una buena noticia", añadió.