Como si se hubiera labrado el fondo marino de la bahía del Port de Sóller con un tractor. Así se encuentra parte de la pradera de posidonia que hay en el fondo marino de la bahía de Sóller como consecuencia de la saturación de embarcaciones que han fondeado sobre ella durante el verano pese a ser una actividad ilegal que está prohibida.
Así lo ha podido corroborar el grupo ecologista GOB que ha llevado a cabo la cuarta edición de la campaña SOS posidonia en varios puertos y playas de la isla, comprobando que el de Sóller es uno de los que peores consecuencias le ha acarreado la campaña turística de la recuperación tras la pandemia. Por eso esta entidad reclama una regulación de esta actividad, la preservación del hábitat submarino ante una situación que considera «intolerable».
En el marco de la campaña estival de concienciación, buceadores del GOB han comprobado como «gran cantidad de embarcaciones se encontraban fondeadas sobre la posidonia de forma impune», un hecho que pese a comprobarse se vio dificultado por el mal estado del mar ya que la visibilidad del agua era mínima debido a su turbiedad como consecuencia del elevado tránsito y vertidos fecales procedentes de las embarcaciones y otras fuentes contaminantes.
Según el GOB, y a partir de testimonios recogidos entre la población, el mal estado del agua se ve alimentado por los lodos de los torrentes, el tráfico de embarcaciones hasta la costa para recoger y dejar pasajeros, la arena artificial de la playa o el agua procedente del emisario submarino, que provocan que el agua del mar se mantenga turbia y contribuya a perjudicar las praderas de posidonia.
En el estudio específico realizado en aguas del Port de Sóller, el GOB ha podido constatar que hay numerosas embarcaciones fondeadas «impunemente» sobre la posidonia, pese a ser una práctica ilegal. Además de estos fondeos, el grupo ecologista denuncia la existencia de numerosos fondeos «permanentes» con muertos de hormigón «que se encuentran ahí de forma ilegal desde hace años». Estos muertos corresponden a anclas, piedras, trozos de marés o bloques de hormigón que fijan las embarcaciones en el fondo marino directamente sobre la posidonia, algo que ha favorecido su degradación. En su inmersión, los buceadores comprobaron también fondeos directamente sobre la posidonia situada en el centro de la bahía donde también hay numerosos muertos abandonados.
Ante la situación en que se encuentra el Port de Sóller, el GOB volvió a dar la voz de alarma y ha reclamado la regulación «con urgencia» de los fondeos ilegales, mayor control de los vertidos al mar no solo para la seguridad de los bañistas, sino también para la preservación del ecosistema marino.
Campaña europea por la posidonia
La Conselleria de Medio Ambiente y Territorio se ha adherido, a través de la dirección general de Espacios Naturales y Biodiversidad, a la iniciativa Act 4 posidonia, en el marco del proyecto europeo Posbemed 2, con el objetivo de proporcionar una estrategia común a los países del Mediterráneo para gestionar los sistemas playa-duna de posidonia en los espacios naturales protegidos costeros. Según informó el Ejecutivo autonómico en una nota de prensa, se ha creado una plataforma para que todos los usuarios interesados asuman compromisos específicos y concretos para promover playas más naturales que respeten el funcionamiento de los ecosistemas costeros y la preservación de los restos de posidonia.
