La vaca mallorquina, una gran aliada para limpiar bosques, fincas y cotos de caza

Se trata de una raza autóctona recuperada que saca un «gran rendimiento» para la limpieza y así contribuye a evitar incendios

La vaca mallorquina, una gran aliada para limpiar bosques, fincas y cotos de caza

La vaca mallorquina, una gran aliada para limpiar bosques, fincas y cotos de caza / R. F.

Rosa Ferriol

Rosa Ferriol

La vaca mallorquina es una raza autóctona adaptada a los pastos naturales de la Serra pero más allá de la Tramuntana se ha convertido en una gran aliada para mantener la limpieza de bosques, fincas, garriga y cotos de caza. Y es que la existencia de vacas mallorquinas ayuda a aumentar la biodiversidad, fertiliza los suelos y contribuye a disminuir el peligro de incendio. Así lo explica Pere Mayol en la finca de Son Mesquida Vell, donde custodia a unos 40 animales, entre adultos y jóvenes. 

«Por aquello por lo que más se utilizan es para limpiar bosques. Es donde sacan más rendimiento. Produce poco pero con cualquier cosa se arreglan para comer como el càrritx. De hecho, comen cosas que otro tipo de vaca no sería capaz de digerir pero ellas tienen un sistema digestivo muy potente», desgrana Mayol mientras observa a sus terneros. Puntualiza que las vacas y el semental están en plena garriga. «Son resistentes a las enfermedades», prosigue al enumerar sus características. 

De todas maneras, deja claro que «lo mejor» que las define es su gran utilidad para limpiar bosques y evitar incendios». Sentencia que «de una cosa que es un trabajo, lo transforman en carne». Se explica. Si un propietario tiene la necesidad de limpiar su finca para evitar incendios, estos animales son unos grandes aliados porque se comen la vegetación y, luego, el propietario puede obtener de ellos su carne, que es «muy sabrosa».

«Donde sacan más rendimiento es limpiando porque productivamente no es la panacea. Producen poca carne [si se compara con otras razas], pero te cuestan poco a la hora de mantenerlas y el beneficio es muy alto porque te mantienen la finca limpia», razona Mayol.

Raza pequeña

Biel Puigserver es el presidente de la Associació de Criadors de Bestiar Boví de Raça Mallorquina. Apunta que se trata de «una raza que es más pequeña», admite. «Son animales pequeños a propósito porque su manutención es pobre, la montaña de Mallorca es pobre, pero que sean pequeñas es lo que nos interesa. Es el factor diferencial que ha permitido recuperar la vaca mallorquina en la isla», admite Puigserver. 

Fue a principios de los años 80, cuando los fundadores del patronato de las razas autóctonas de Mallorca consiguieron adquirir los primeros ejemplares para intentar la recuperación de la raza. El camino de la recuperación arrancó con doce vacas mallorquinas y un toro. Ahora, apunta Puigserver, hay unos 350 ejemplares en la isla. Se trata de unos animales que realizan una labor crucial para mantener el equilibrio medioambiental.  

«Los cotos de caza están encantados. Son muchos los que han recurrido a la vaca mallorquina para limpiarlos y abrir caminos», remarca Puigserver, que añade que grandes fincas también han apostado por la vaca mallorquina para el mismo fin.

Una carne «sabrosa» con «mucho valor comercial»

Biel Puigserver, presidente de la Associació de Criadors de Bestiar Boví de Raça Mallorquina, deja claro que su carne «tiene mucho valor comercial». Es muy sabrosa. De hecho, Puigserver asegura que su «sabor es diferente». Para que sea así, explica, contribuyen diferentes factores como la propia raza en sí, su alimentación, el tipo de vida que llevan estos animales y la propia fisiología «hacen que el sabor sea diferente». «La gente que ha probado la carne de vaca mallorquina asegura que no tiene nada que ver porque su sabor es especial», remarca Puigserver, que avanza que están en trámites de adquirir el sello de raza autóctona 100%, un certificado del ministerio de Agricultura que identifica cualquier producto procedente de animales de razas autóctonas. Confían en tenerlo a lo largo del verano.

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