El grupo ecologista GOB volvió a reclamar ayer a la conselleria de Medio Ambiente la adopción de «medidas efectivas» de protección para los islotes de Balears, ya que las personas pueden acceder libremente a la mayoría de ellos, provocando impactos grave en la biodiversidad de estas «joyas del patrimonio natural», tal y como las define la organización. En el caso de Mallorca, la situación incluso es más delicada, ya que, según los datos aportados por el GOB, solo un quince por ciento de los islotes de la isla mayor cuentan con los accesos regulados, por lo que la inmensa mayoría (un 85%) no dispone de ningún instrumento legal para impedir el acceso de la población.

A nivel de toda la comunidad balear, la falta de regulación afecta a 82 islotes, lo que significa que en el 55 por ciento del total se permite el acceso libre en cualquier época del año sin necesidad de contar con ningún tipo de autorización. La situación es muy diferente en cada una de las islas. Mientras que en Cabrera y Formentera el acceso a los islotes «está regulado en el 100% de los casos», en Eivissa el porcentaje baja hasta el 44%, en Menorca al 24% y en Mallorca se sitúa en el citado 15%.

El Atles de les petites illes i els illots de le Balears, recientemente publicado, incluye un inventario de 149 islotes en el archipiélago que «cumplen el criterio de contar con la presencia de plantas vasculares o fauna terrestre», según explica el GOB.

El grupo ecologista argumenta que el hecho de estar separados físicamente de las islas mayores ha generado la evolución de taxones exclusivos, que «en todo el mundo solo viven en estos pocos metros cuadrados en medio del mar» y donde han podido protegerse de algunos impactos graves como la introducción de especies invasoras. El caso más conocido es el de las sargantanes (lagartijas), pero no es el único. «Contamos también con un número de endemismos invertebrados y también algunos de vegetales», explica el GOB. Además, los islotes suelen ser reductos para las especies de aves marinas, que obtienen más tranquilidad para descansar y reproducirse.

No obstante, el acceso libre de personas causa la mayoría de los impactos que afectan a los islotes. Además, la presión se ha incrementado de forma «muy importante» en los últimos años debido al crecimiento poblacional y al aumento de las actividades ciudadanas en el medio natural, entre otros motivos. En 2020, voluntarios del GOB pudieron evitar durante un dispositivo de vigilancia de 27 días el desembarco de casi un centenar de personas en el islote de na Guardis (Ses Salines), donde se instaló una gran colonia de gaviotas rojas. «Durante el periodo de incubación de los huevos, una molestia de pocos minutos puede significar el fracaso de muchas parejas», avisan.

El GOB propone a Medio Ambiente la adopción de diversas medidas legales para regular el acceso de personas a los islotes, entre las que destacan la aprobación de planes de gestión Natura 2000; la protección de los islotes con la figura de microreserva; o bien la implantación de la figura del área biológica crítica.

Impactos

Según el análisis realizado por el GOB sobre el conjunto de los islotes de Balears, de las 1 49 pequeñas islas que cuentan con la presencia de plantas o fauna terrestre en el archipiélago, un total de 121 están amparadas por alguna figura proteccionista, mientras que las 28 restantes, que suponen un 18,8%, no presentan ningún tipo de protección y son más vulnerables a los impactos provocados por la presencia humana. Solo en Cabrera y Formentera la totalidad de los islotes forma parte de espacios protegidos.