Los partidos del equipo de gobierno de Pollença han sumado sus votos en el pleno extraordinario de este lunes al mediodía para rechazar la moción de reprobación contra el alcalde Tomeu Cifre y la regidora de Servicios Sociales, Francisca Cerdà, presentada por los tres partidos de la oposición por haberse sometido los dos políticos de Tots per Pollença a pruebas PCR con cargo al dinero público y por haberse administrado la vacuna, en el caso de la concejala, junto a los usuarios de la residencia municipal. Sin embargo, a pesar de romper filas en torno al alcalde y la regidora, los portavoces del PP, El Pi y UMP han expresado de forma pública su malestar con Cifre y Cerdà por ocultar la vacunación de la regidora a sus socios de gobierno

En este sentido, Josep Marquet (El Pi) ha reiterado que, a pesar de haber aceptado las explicaciones ofrecidas por el alcalde, la vacunación de la regidora «no fue oportuna» y ha reprochado tanto a Cifre como a Cerdà que si hubiesen dado las explicaciones con celeridad se hubiese evitado la polémica. David Alonso (PP) se ha referido directamente a diferentes «errores» del alcalde por no comunicar el caso a sus socios «antes de que saliese el problema». «No puede volver a pasar que (los socios) no formemos parte de la decisión o no estemos informados», ha señalado. También ha criticado el PP la «lentitud» de ambos políticos a la hora de informar a la opinión pública. De forma parecida se ha expresado Bianca Aguilar, de UMP: «Es cierto que ha habido falta de transparencia tanto con el equipo de gobierno como con los ciudadanos».

Los portavoces de los tres partidos de la oposición, Junts Avançam, Alternativa y Podem, han instado al resto de partidos de la corporación a reprobar a Cifre y Cerdà por «haberse aprovechado de sus cargos» para realizarse PCR gratuitas y vacunarse (en el caso de la regidora) «sin cumplir ningún protocolo». «Ella sabía que lo había hecho mal y por ello no lo comunicó a nadie», ha señalado el exalcalde Miquel Àngel March, que ha recordado que Cerdà llegó a negar que se había vacunado, aunque poco después tuvo que reconocerlo. March ha reclamado, sin éxito, la «dimisión o el cese» de la concejala.

«Son unos aprovechados que provocan vergüenza ajena a todos los ‘pollencins’», les ha acusado Pere Josep Coll, de Alternativa, mientras que Michael Muller (Podem) ha recriminado a los dos políticos «falta de transparencia, mentiras y abuso de poder, además de saltarse los protocolos estatales de vacunación».

El alcalde Cifre ha entonado el mea culpa por no haber informado en un primer momento sobre la vacunación de la regidora, lo que califica de «error importante», pero ha negado que se hubiera hecho al margen de los protocolos definidos por Sanidad, que habría validado el listado de vacunados elaborado por la dirección de la residencia municipal. Cifre se aferra al hecho de que la residencia no ha registrado ningún caso positivo de covid para justificar la buena gestión realizada y cuestiona también los protocolos de vacunación que posibilitan que «los veterinarios estén vacunados pero no los trabajadores sociales».

Por su parte, la regidora Francisca Cerdà también ha sacado pecho por la falta de positivos en la residencia y ha vuelto a justificar su vacunación como un «imperativo derivado del protocolo», ya que ella acudía «diariamente» al centro «para que todo funcionase a la perfección» y se vacunó para «no ser una excepción» en el ámbito de la residencia. «No fue un capricho mío ni un abuso de poder», señala. Cerdà admite también que su «único error» fue no informar a sus compañeros de la vacunación. «Si hubiese contagiado a alguien en la residencia me fusiláis», ha espetado a los miembros de la oposición.