Optimismo moderado. Es la sensación que tienen los hoteleros del municipio de Pollença en relación a la próxima temporada turística después de observar cómo en las últimas semanas se han incrementado las reservas para mayo de 2021, lo que alimenta la esperanza de que en el verano que viene la actividad turística se recupere después de una temporada pésima por la caída en picado del turismo británico, mayoritario en esta importante zona turística de Mallorca.

El presidente de la asociación hotelera de Pollença, Jaume Salas, explicó ayer a este diario que en general los empresarios turísticos del municipio del Nord han constatado una «tendencia al alza» en cuanto al número de reservas que se formalizan a estas alturas del año. «La tendencia es más elevada que en otras ocasiones», apunta Salas.

Además, añade que los clientes reclaman en mayor medida un tipo de establecimientos más amplios, «con más espacio, ideales para familias», y no la clásica habitación de hotel. «Parece ser que el mercado inglés empieza a ver un poco la luz al final del túnel, y esto posibilita que las reservas empiecen a crecer», señala Salas, que se declara «optimista» de cara a la próxima temporada, si bien precisa que «todavía no pueden hacerse pronósticos» porque los mercados competidores del Mediterráneo también jugarán sus bazas para atraer a los turistas europeos.

Precios

«Hay que tener en cuenta que si Grecia, por ejemplo, baja mucho los precios, muchos turistas optarán por irse allí de vacaciones porque estamos en crisis económica», explica el presidente de la asociación hotelera, que aboga por «mantener los precios del pasado año» en los establecimientos de Pollença. «Si después vemos que no funciona, deberemos hacer ofertas para algunas fechas concretas», subraya.

Salas aplaude el hecho de que los extranjeros que llegan al aeropuerto tengan que mostrar una prueba PCR negativa para entrar en la isla, aunque lamenta que no se reclame también a los visitantes nacionales. «El pasado mayo ya advertí que si no se realizaban controles en el aeropuerto tendríamos problemas, pero no me hicieron caso; es lamentable que no se pida la PCR también a los españoles, que son quienes han traído los contagios, algo que no ha ocurrido con los extranjeros», señala.

A estas alturas del año, cuatro hoteles de Pollença permanecen abiertos. Dos de ellos pertenecen a propio Jaume Salas. «No cerramos nunca; ahora los clientes son básicamente mallorquines o extranjeros que viven en la isla».