Continuar el legado educativo de don Pep y tenerlo siempre presente. Con estas dos misiones, maestros, familias, allegados e instituciones se han volcado durante estos meses de verano en crear el Espai Josep Roig, un espacio en memoria del que fue director del CEIP Son Juny de Sant Joan durante 30 años. Impulsor de la renovación pedagógica y trabajador incansable, no pudo ganar la batalla al coronavirus y falleció el 30 de abril.
"Son Juny ya no será Son Juny" ha sido una de las frases más repetidas en Sant Joan desde que perdieron a su maestro de referencia. Su camino educativo tenía que continuar. Sobre la mesa se puso cambiar el nombre de la escuela o dedicarle una calle, pero el claustro no lo dudó: "había que apostar por una fórmula que perdurara en el tiempo y que tuviera un efecto en la mejora de la educación que es lo que don Pep. Son palabras del maestro Xavier Moratinos, que desgrana que el Espai Josep Roig será un espacio donde se cultive el huerto, un proyecto que con tanto ímpetu impulsó desde el principio. "Era su proyecto y es una manera de reconocer su legado. Era donde más tiempo pasaba. Será una manera de poderlo recordar siempre y de mantener vivo su espíritu", matiza la directora Francisca Barceló.
Pero el Espai Josep Roig será mucho más que un huerto. Será un claro reflejo de don Pep. Habrá observación, experimentación, arte, manipulación y muchos aprendizajes ya que una de sus grandes virtudes era que "a partir de cualquier elemento ya fuera una piedra o un hueso sacaba un contenido educativo". "Nos inculcó que todo elemento sirve para aprender", agradece la jefa de estudios del colegio, Catalina Bover. "Será un espacio vivo y discreto, tal y como era él. No hubiera querido que se cambiase el nombre de la escuela. Son Juny es una familia y él es una parte de ella. Debemos enriquecer este espacio porque era su proyecto", defiende Bover. "Se merece que le recordemos cómo a él le hubiera gustado. El huerto, la experimentación y descubrir la naturaleza a los niños y niñas era su vida y la manera de transmitir sus conocimientos. Este espacio será la mejor manera de tenerlo entre nosotros", añade la secretaria Catalina Cortès.
"La escuela sin don Pep, tiene claro Moratinos, que explica que una vez que el claustro decidió crear el Espai Josep Roig se constituyó una comisión de expertos integrada por arquitectos, ingenieros agrónomos, biólogos o filósofos. Una vez perfilado el proyecto, se pidió colaboración económica y de mano de obra a familias, amigos e instituciones. "La respuesta ha sido extraordinaria. Es espectacular ver la implicación de la gente con lo que él luchó. Estaría muy orgulloso. Todo el mundo está agradecido con don Pep, destaca Moratinos, que desgrana que además de las cuatro paradas en crestall, el gallinero, una compostera y una balsa de agua, el espacio contará con una zona para la manipulación con tierra, un punto artístico para las creaciones a partir de elementos naturales, invernaderos verticales, una zona de experimentación, un jardín botánico y un tipi en el pinar para recordar una de sus grandes pasiones: la observación de aves. No faltará una zona de mesas para explicar las tareas diarias y, luego, poder reflexionar sobre lo aprendido. El espacio estará decorado con frases que inviten a la reflexión estampadas en maderas.
Un mural
Un punto clave del Espai Josep Roig, remarca Xavier Moratinos, será un mural que coordinará la artista santjoanera Lluïsa Febrer y que contará con la ayuda de los alumnos una vez se regrese a las aulas. "Será una manera de trabajar el duelo pero preferimos darle un aspecto positivo", reconoce Moratinos. " Don Pep, reconocen desde Son Juny.
