La plataforma Antiautopista ha acusado hoy al Govern y al Consell de Mallorca de potenciar el cambio climático con la construcción de la autopista Llucmajor-Campos y al mismo tiempo aprobar declaraciones de emergencia climática que, según el citdado colectivo, "tienen un carácter puramente retórico". Y es que, según denuncian, el transporte ya genera en Balears el 56% de las emisiones de CO2, principal culpable del efecto invernadero.

Según los datos elaborados por el colectivo Tot Inclòs "a partir de fuentes oficiales", las emisiones de CO2 se han duplicado en Balears en los últimos 25 años, pasando de 1,28 millones de toneladas en 1990 a las 2,68 millones en 2017. Además, "los coches son en la actualidad la primera fuente de emisiones", ya que suponen el 21,2 por ciento del total, superando incluso al transporte aéreo (15,3%) y al marítimo (19,9%).

La plataforma sostiene que el crecimiento de las emisiones de CO2 del transporte "están estretamente ligadas a las políticas de construcción de más carreteras y autopistas" y denuncia el elevado gasto realizado por las instituciones en los últimos años para la ejecución de nuevos proyectos. Así, "el Consell ha destinado más de 200 millones de euros en ampliar carreteras, construir rotondas y autopistas y favorecer el acceso rodado masivo a Sóller (16 millones)", apunta el colectivo. Mientras, en la pasada legislatura "no se puso ni un metro de vía de tren ni se ha mejorado el transporte público por carretera, que es insuficiente o inexistente en muchos lugares".

Por estos motivos, la plataforma exige a las instituciones la "paralización total" de las obras de la autopista de Campos y su "reconducción hacia un modelo de carretera 2+1", así como que se paren los "vertidos de 143 millones de toneladas de escorias de incineradora" en la autopista.

También reclaman inversiones urgentes en el transporte público colectivo para que sea una alternativa viable al coche; la prohibición de nuevas construcciones residenciales en suelo rústico y una moratoria en suelos urbanos no desarrollados; y el inicio de una economía de "decrecimiento turístico y urbanístico" y la revitalización de actividades productivas como la agricultura y la industria que contribuyan a reducir el volumen actual de importaciones.