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Denuncia

Alumnos del IES Arenal se exponen cada día a atropellos para tomar el bus

Los padres y madres de Puig de Ros han denunciado sin éxito a diferentes consistorios el peligro por una parada mal planteada

Los alumnos del IES Arenal residentes en la urbanización Puig de Ros de Llucmajor ponen en peligro su vida cada día para algo tan cotidiano y sencillo como tomar el autobús escolar. El vehículo tiene la costumbre de hacer la parada en la acera de enfrente de la urbanización, lo que obliga a los niños y adolescentes a atravesar cuatro carriles, dos en cada dirección, por los que transita un intenso tráfico. Los coches circulan en muchas ocasiones a altas velocidades y los conductores no siempre cumplen con la norma que obliga a pararse ante los pasos de cebra cuando hay viandantes en disposición de cruzar la calzada.

Una vez que los escolares han montado en el autobús escolar, el conductor avanza unos pocos metros y hace un giro de cambio de sentido, de manera que pasa justo por delante de la acera de la que parten los alumnos cada día lectivo para atravesar los cuatro carriles y llegar así a la parada.

Esta travesía absurda la realizan a diario unos cuarenta escolares. El riesgo no es potencial, es real. En los últimos años se han producido varios atropellos, el último el pasado mes de marzo que afectó a una alumna que todavía se recupera de las secuelas.

Los padres y madres de la urbanización Puig de Ros se han dirigido en numerosas ocasiones al Consistorio llucmajorer, han tratado con equipos de gobierno de todo color y, hasta el momento, no han conseguido que nadie se lo tome en serio y ponga punto final a esta cuestión.

Los contactos siempre acaban igual, les prometen que lo mirarán, pero pasan los años y nada cambia.

Según explican, bastaría con que la parada del autobús se trasladara a la acera de la que parten los niños, que colinda con la urbanización. Así evitarían exponer sus vidas a un atropello porque no tendrían que atravesar la calzada. Además, la vía que queda ante esta acera, igual que ocurre al otro lado de la calle, tiene carril de servicio para el estacionamiento. Es decir, el cambio de ubicación no implica ningún coste econonómico ni obliga a hacer ninguna actuación urbanística. Simplemente, es cuestión de tomar una decisión que no llega: que la parada del bus escolar pase de una acera a la de enfrente. Así de sencillo.

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