El espíritu de la Semana Santa recorrió el viernes al mediodía Alcúdia con motivo de la Triennal del Sant Crist, una procesión que transcurre bajo el sol abrasador del mediodía por las calles de la ciudad amurallada ante el respetuoso silencio de miles de fieles. Se trata de una celebración muy emotiva y sentida por los 'alcudiencs' que se lleva a cabo cada tres años para conmemorar el primer milagro que la Iglesia atribuye al Sant Crist y que, según las crónicas, tuvo lugar en el año 1507, cuando tras las desesperadas rogativas de los paisanos llegó la lluvia a la isla en un tiempo de larga sequía y penurias sociales.

Más de medio siglo después del supuesto milagro, la devoción hacia el Sant Crist de Alcúdia, representada en la Triennal, está más viva que nunca, teniendo en cuenta la gran cantidad de participantes en la marcha del viernes, que duró una hora más de lo habitual debido a la multitud que quería acompañar la marcha religiosa. Como es tradicional, son muchos los 'alcudiencs' que residen fuera de la isla que regresan a su localidad natal cuando se celebra la Triennal.

Multitudinaria misa

El acto se inició a mediodía con una multitudinaria misa en la parroquia de Sant Jaume oficiada por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, y que contó con la presencia de una veintena de sacerdotes procedentes de otros pueblos de la isla. En el primer banco de la iglesia destacaba la presencia de la presidenta del Govern, Francina Armengol, la presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, y la alcaldesa de Alcúdia, Bàrbara Rebassa, además de todos los miembros de la corporación municipal.

Más de una hora después, salía en procesión la imagen del Sant Crist, portada por los 'preveres' de Alcúdia, iniciando una marcha de dos horas por el centro de Alcúdia acompañada por la banda municipal de música de Alcúdia antes de regresar de nuevo a la parroquia, donde se venera a la imagen religiosa y se entona el Tedèum. La procesión de la Triennal está protagonizada por la cofradía del Sant Crist, que fue fundada en el año 1582.

Como marca la tradición, participaron en la procesión numerosas personas descalzas en cumplimiento de alguna promesa. Debido a la fecha y a la hora en la que, cada tres años, se celebra la procesión, es habitual que se produzcan desmayos y lipotimias entre el público, aunque el viernes no trascendió ningún caso y la marcha transcurrió sin ningún problema destacable.

La pasión por la Triennal traspasa fronteras y cada año son más los foráneos que se unen a la veneración del Sant Crist gracias a la labor de transmisión que realizan los vecinos. Las calles principales de la ciudad estaban engalanadas para la ocasión. Y es que el hecho de que la marcha se celebre cada tres años motiva a los vecinos a trabajar con más intensidad en la ornamentación de las calles.