Eran las primeras horas de la calurosa tarde del 24 de julio de 2014, en plena celebración de las fiestas populares de Santa Margalida y Sant Jaume en la localidad de sa Pobla, cuando una trágica noticia perturbó la tranquilidad que se respiraba en el municipio del Nord. Había desaparecido en Mali un avión pilotado por dos tripulantes mallorquines: Agustín Comerón, residente en Marratxí, y la comandante poblera Isabel Gost.

Una vez confirmada la noticia de que la aeronave del vuelo AH5017 de Swiftair, sus 118 pasajeros y todos los miembros de la tripulación, habían quedado litaralmente desintegrados en tierras africanas, un hondo estado de consternación conmovió a todos los poblers.

Aquella noche del jueves 24 de julio, las notas musicales de los distintos grupos que amenizaban las verbenas de Sant Jaume, con Tomeu Peña como artista estelar, sonaron más tristes y en la mente de todos sus asistentes bailaba el recuerdo de na Bel sa pilot, como se la conocía popularmente entre el vecindario pobler.

Conmoción

Hoy, cinco años después de aquella tragedia, sa Pobla en general se conmueve al recordar aquel trágico acontecimiento y recuerda a Isabel Gost.

Una mujer trabajadora, emprendedora y tenaz que un buen día decidió dejar los surcos de la tierra donde trabajaba ayudando a sus padres, para elevarse a surcar los cielos del mundo pilotando un avión.

Así se convirtió en una de las mujeres pioneras en pilotar una aeronave. Fue componente de la primera promoción de féminas instruidas en el aeropuerto de Son Bonet.

En 1995 se puso por primera vez a los mandos de un avión y en casi veinte años pilotando diferentes aeronaves había acumulado más de catorce mil horas de vuelo, siendo considerada como una gran profesional por todos sus compañeros de profesión con los que trabajó.

Su carácter emprendedor la llevó a levantar el modélico centro de Educación Infantil 'Confits', que ella misma gestionaba y mimaba, ejerciendo las tareas de limpieza, administración y coordinación de las educadoras.

El pasado mes de febrero, se destapó una placa de homenaje a las víctimas del vuelo AH5017 en el aeropuerto de Madrid con la presencia de los familiares de los fallecidos.