El Bar Bagarí, situado en el núcleo turístico de Camp de Mar (Camp de MarAndratx, ha celebrado recientemente su medio siglo de vida. Se trata de uno de los primeros establecimientos que abrió sus puertas en la zona. Actualmente, está regentado por la tercera generación, que mantiene el exclusivo trato familiar, avalado por la experiencia adquirida con el paso de los años.

El impulsor del negocio fue Miquel Bauzà Garí, cuya combinación de apellidos dio nombre al bar (Bagarí). El proyecto dio sus primeros pasos el 25 mayo de 1969. Situado en una calle estratégica de la localidad costera, el bar ha sido desde entonces un testigo de la evolución turística y urbanística de la zona.

En 1955, los padres de Miquel se trasladaron como aparceros a la possessió de possessióCamp de Mar. Un joven Miquel, con apenas 12 años, cogía su bicicleta y, pedaleando varios kilómetros, llevaba la leche recién ordeñada de las vacas a la localidad vecina de Peguera. También suministraban otros productos de la tierra a la pequeña planta hotelera de Camp de Mar. Entonces, el primer establecimiento del núcleo contaba con poco más de un centenar de plazas hoteleras. Hoy, suma más de una millar tras una reforma.

Primeros años

Durante los primeros años, prácticamente solo estaban abiertos los comercios de la Illeta de Camp de Mar, los chiringuitos de la playa, y el boliche. Este último ofrecía unas pequeñas pistas de golf como atractivo turístico en la zona. Ya con 24 años de edad, Miquel adquirió la finca de lo que hoy en día es el Bar Bagarí. En 1969, abrieron el negocio. Recuerda que, durante los primeros años, dormía en unas habitaciones en las mismas instalaciones. Unos años después, alzaron el primer piso sobre el bar y completaron la obra en los años 80. Actualmente, el Bagarí está regentado por la tercera generación familiar. La hija de Miquel, Maria Bauzà, y su marido, Paco, son los encargados de mantener el trato familiar en las instalaciones. Hace unas semanas, celebraban una fiesta por el cincuenta aniversario del bar. Maria, que se crió en un Camp de Mar muy diferente a lo que es hoy, recuerda cómo de niña todos se conocían en la zona. Los inviernos de entonces eran prácticamente desiertos. "No veías a nadie por las calles", dice. Afirma que de niños corrían descalzos por todas partes. La zona aún no había sufrido el boom inmobiliario que vendría después. En aquellos agostos, los pocos vecinos de Camp de Mar hacían un recorrido desde la localidad hasta el conocido Pi Ramut Pi Ramutdonde celebraban un encuentro. Entonces, el único pino de Mallorca de esas características estaba totalmente despejado. Hoy en día el mismo enclave está rodeado de construcciones resultado de la evolución urbanística del núcleo.