Hace siglo el hombre ya buscaba formas de protegerse los pies. En la prehistoria, parece que hacían uso de pieles de animales y fibras vegetales hasta que evolucionaron y empezaron a crearse los primeros zapatos o sandalias. Los antiguos egipcios usaban unas alpargatas hechas con palma o corteza de papiro. Los griegos y romanos calzaban coturnos, con suelas de corcho sujetas por cintas de cuero, así como también hacían uso de la piel de los animales que cazaban.

La Revolución Industrial llego tarde a Mallorca pero alcanzó de forma contundente. A finales del siglo XIX y siglo XX, hasta los años 80 y 90, las fábricas de zapatos revolucionaron la vida de la comarca del Raiguer y la industria del calzado empezó a consolidarse con el uso de la mano de obra. La comarca del Raiguer se puede considerar el centro de la artesanía de la piel y del calzado, donde el gremio zapatero es uno de los más antiguos de Mallorca. La antigüedad del oficio se puede comparar a la de los sastres, albañiles, cazadores, honderos?

Industria

La llegada de las fábricas de zapatos cambió totalmente el paradigma de nuestro pueblo y Alaró dejó de ser de una localidad agraria para industrializarse, lo que inició un cambio en la mentalidad de las personas que provocó un rápido avance de la sociedad.

La mujer siempre ha estado ligada al mundo del calzado de manera discreta y silenciosa. Según la información obtenida a través de los censos de población, en la primera mitad del siglo XX se consolida un procesó de feminización que arrancó en los años veinte. Estos datos se dispararon hasta niveles difíciles de cuantificar debido a la ocultación de la situación laboral real de la mujer, relacionada con la importancia del trabajo a domicilio. Las mujeres, posiblemente casadas, no declaraban su empleo y trabajaban desde su domicilio. La mujeres que trabajaban debían compaginar su trabajo de casa con el empleo de zapateras. Los cortes estaban mal pagados, y por eso, se podían oír, desde la calle, las máquinas de tejer hasta altas horas de la noche.

Cabe tener en cuenta que ellas formaban una parte activa muy importante y permitieron el impulso de la industria con su trabajo; por una parte debieron adaptarse a un estilo de vida totalmente diferente para ellas, ya que trabajaban de forma remunerada y empezaron a encontrarse todas juntas en un espacio de trabajo. Por otra parte, no podemos obviar la situación social del país, la guerra civil durante los años treinta.

Muchos de sus maridos fueron a la guerra y desparecían o morían, por eso, tenían que ser ellas las que tomaran las riendas de todo el trabajo en las fábricas. No obstante, el hecho de salir a trabajar y estar remuneradas, favorecía, poco a poco, el sentimiento de liberación de las mujeres.

Curiosamente, las féminas que trabajaban en las fábricas eran o bien solteras o muy jóvenes. Las casadas y con hijos pequeños se veían obligadas a dejar las fábricas para asistir a la familia. No obstante, no dejaban de trabajar desde casa; hacían cortes con su propia máquina de coser.

Campaña

A modo de homenaje a estas mujeres se ha editado un cómic que forma parte de la campaña Mallorca té nom de dona. Está dedicado a las mujeres que trabajaron como zapateras. La génesis de este trabajo fue la exposición de Les Invisibles organizada por Noümen Cultura Participativa y el Museu de Calçat d'Inca recogiendo la aportación femenina a esta industria.

Este cómic ha sido posible gracias a Catalina Ginard Esteva, Sandra A. Rebassa Gelabert y Esperança Rosselló Hernández e ilustrado por Enriqueta Lorca.

Las zapateras fueron mujeres que alentaban un cambio en Alaró, esto fue recordado en el año 2009 con el cambio de nombre de una de las calles de la localidad. Actualmente, se ha puesto en marcha una asociación en defensa de los intereses de las trabajadores bajo el ilustrativo lema Si jo atur, tu no camines.