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Llorenç Gris: "Me considero un fotógrafo feminista, destaco su belleza sin ponerlas en posiciones incómodas"

"Prefiero retratar a una mujer de entre 25 y 30 años que trabaje en las perlas, por ejemplo, que a una ´top model"

El fotógrafo fotografiado. Gris en la barra de un bar del centro de Manacor. s. sansó

¿Cómo empezó todo?

A los quince o dieciséis años mi hermano se compró una buena cámara y un laboratorio para revelar en blanco y negro... así fue como empecé a hacer fotos. Al final todos los hermanos terminamos revelando con la típica bombilla roja en el baño de casa.

¿Buenos tiempos?

No sé qué decirle, todo el material era carísimo entonces. Un carrete de 36 fotos podía costar lo que ahora equivaldría a 40 euros, y revelarlo 50 más, después estaban los papeles y líquidos... La gente tiende a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. En el caso de la fotografía pienso que no es así.

¿Cuándo decidió dedicarse a ello de forma profesional?

Con la crisis de 2008, que fue cuando tuvimos que cerrar el negocio familiar. Entonces yo ya subía mis fotos a Flickr, lo que hizo que después Tripadvisor me escribiera para saber si querría trabajar con ellos. De eso hace ya seis años. De todas formas y aunque hoy en día Tripadvisor suponga el 80% de mis ingresos, yo sigo siendo freelance y es sencillo contratarme y no tan caro como la gente piensa [sonríe].

¿Qué tal es trabajar para Tripadvisor?

Es como si te tocara la lotería. Lo único que quieren es que el material sea muy bueno. Tiene cosas fantásticas porque puedes viajar y conocer sitios nuevos, pero al mismo tiempo puedes estar hasta tres semanas fuera de casa.

¿Cuál es su área de influencia?

En España somos seis los fotógrafos que trabajamos para la empresa. A mí me pueden enviar a la Península, Portugal, Francia o Marruecos.

Debe haber dormido en buenos hoteles...

Bueno, los hoteles de los ricos son muy aburridos. Donde realmente la gente se lo pasa bien es en los de tres estrellas. Es como los restaurantes de cien euros el plato, parece que ni puedas reírte.

¿Se considera más un fotógrafo al uso o un retratista?

Un retratista. Me encantan los retratos. Para mí es una satisfacción muy grande cuando la gente me los pide. También me considero un cazador de imágenes... siempre llevo la cámara encima. Cuando voy por trabajo a fotografiar casas y hoteles, lo cual también me apasiona, siempre tengo un momento para capturar las calles. Me gusta caminar mucho, porque siempre acabas encontrando algo interesante.

¿Cómo reconoce el momento idóneo?

Cuando miro por el visor y disparo ya sé si la foto va a ser buena. Incluso si es muy buena me recorre algo por el cuerpo.

¿Qué opina de la democratización de la fotografía y su difusión masiva por las redes sociales?

Creo que la fotografía nunca había estado tan bien, en serio se lo digo. Hay gente muy buena y la competencia siempre ayuda a mejorar, así que al final los mejores siempre destacan, como en otros aspectos de la vida. Mientras la foto sea buena, sincera y trasmita cosas. Hay muchas que técnicamente son perfectas pero que no hacen sentir absolutamente nada. Por otra parte, hay que darse cuenta que lo de hoy en día es magia; antes nadie podía ver tus fotos y ahora se juega con mucha ventaja, hasta el punto de que las exposiciones podrían dejar de hacerse y no pasaría nada.

O sea, que no hace falta aprender desde lo analógico para ser un buen fotógrafo.

No. Lo primero es aprender la técnica, hablar con la máquina hasta entenderla, tener una conexión. Enfocar siempre manual y nunca automático e ir aprendiendo y dominando el objetivo, el diafragma y la velocidad. Después, ser muy crítico con uno mismo e ir disparando muchas fotos, ¡que hoy eso es gratis!.

¿Defiende, pues, las imperfecciones?

No hay nadie que sea perfecto. Trato de sacar lo bueno de las personas pero sin esconder lo que hay. A mí me gusta sobre todo retratar a mujeres en exteriores, con luz natural y vestidas.

¿La mujer es fotográficamente más fuerte?

Yo me considero un fotógrafo feminista, porque las veo como una raza fuerte. En mis fotografías destaco su belleza pero sin ponerlas en posiciones incómodas. Prefiero fotografiar a una mujer de entre 25 y 30 años que trabaje en las perlas que a una top model, porque no me gusta tan solo el físico.

¿Descartamos el ‘photoshop’?

No del todo, aunque considero que solamente debe modificarse aquello que es circunstancial, es decir, granos o inflamaciones puntuales que puedan aparecer en el rostro en un momento determinado, pero que no sean lo normal; pero no cambiar expresiones o quitar arrugas, por ejemplo.

¿Cuáles son las normas básicas de sus retratos?

Jugar con las luces y los claroscuros. Y que casi nunca dejo sonreír a mis modelos, porque creo que un rostro serio refleja más la personalidad. La falsa sonrisa del político no me gusta. Mis sesiones duran entre una hora y una hora y media, pero a los cinco minutos la modelo ya suele estar cómoda y se presta al juego... pese a que ahora les hago hacer tai-chi [sonríe].

Se le ve feliz.

Lo soy. Creo que haré fotos hasta que me muera. Me gusta mucho mi trabajo e intento siempre que las fotografías de hoy sean mejores que las de ayer.

Pero a veces algunas simplemente no se pueden mejorar.

¿Acaso el que hace una paella no lo intenta?, siempre puede salir mejor. Tengo la ilusión de que dentro de cien años una o dos fotos mías todavía sigan viéndose, siendo populares, aunque la gente no sepa de quién son.

¿Cuáles son sus referentes?

No recuerdo nunca sus nombres, pero me gusta mucho la fotografía antigua de los grandes actores y actrices de Hollywood de los años 50 y 60. También la foto de la Mallorca de antaño, la de playas y turistas de entonces.

¿La playa es uno de sus escenarios favoritos?

En la playa todos somos iguales. Puedes ser abogado o basurero, pero todos juegan a la pelota y se tumban sobre la arena despreocupados. Es donde la gente se siente más libre y no hay clases sociales ni idiomas.

¿Se autorretrata?

Cuando empecé sí. Ahora ya no; creo que hace ocho años del último. Curiosamente tampoco me gusta demasiado que me fotografíen.

¿Qué debe tener una cara para quedar bien en las fotos?

No lo sé, pero hay gente que brilla. Mire, yo suelo entregar entre 50 y 60 fotos de una sesión. De algunas personas me cuesta encontrar tantas, otras en cambio en prácticamente todas quedan bien, porque la cámara simplemente les quiere.

¿A qué mujer le hubiera gustado fotografiar?

A Marilyn Monroe. ¿Se ha fijado que en todas sus fotos queda bien?, era lo que le comentaba antes. De las que todavía sería posible me gustaría Kate Moss, que sigue guapa después de todo lo que ha pasado, o más cerca querría fotografiar a Penélope Cruz o Victòria Maldi.

¿Hay algo que no le guste plasmar?

No fotografiaría nunca una situación denigrante para una persona. Me gusta la parte positiva y bonita de la vida. Tras la torrentada fui a Sant Llorenç y no hice ni una sola fotografía; es más, incluso dejé la cámara en el coche.

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