La temporada de recolección de algarrobas está dejando unos resultados excelentes en Mallorca según los agentes del sector consultados por este diario: cooperativas payesas, Unió de Pagesos y Asaja. El precio es casi el doble que se estaba pagando en 2017, según alguno de los consultados. Cabe destacar que se está pagando a unos 50 céntimos el kilo.
Por otra parte, según indica Bartomeu Martorell, Callerís, agricultor y presidente de la cooperativa de Inca, "la añada es abundante y sana. Las lluvias han favorecido el desarrollo del fruto y los árboles han estado cargados".
Esta abundancia ha permitido a los payeses dar algo de trabajo a comisión a jornaleros, unos 15 céntimos por kilo, "algo que no ocurría hacia tiempo porque no valía la pena y cada cual las recogía con ayuda de parientes y poca cosa más", indica Martorell.
Joan Simonet, gerente de Asaja, explica que "realmente estamos ante un fenómeno inusual de que coincide una buena cosecha con un muy buen precio". El técnico opina que "se debe a que el año pasado la campaña no fue buena y los almacenes están sin stock".
Aplicaciones
Cabe destacar que de la algarroba lo importante es la semilla: el garrofín "La pulpa apenas tiene salida y solo se usa como alimento para ganado", indica Simonet. Del garrofín se obtiene un espesante y estabilizante natural de gran calidad muy usado en repostería, especialmente en la elaboración de helados pero también en charcutería, elaboración de quesos y salsas y aderezos.
Tiene aplicaciones industriales en la fabricación del papel. Y también se usa en cosmética y farmacia, como excipiente en tabletas, espesante en pasta dental, y como espesante y estabilizante en lociones y cremas.
Las semillas de algarrobo son un remedio natural muy eficaz contra la diarrea.
Simonet apunta que "lo bueno de la algarroba, al contrario de la almendra, es que no hay apenas mercado externo y el precio no nos lo fijan en el extranjero".
Precios bajos de la almendra
El sector de la almendra está pasando un muy mal año. La xylella ha sido especialmente virulenta y ha afectado de forma visible a los cultivos tradicionales. Martorell sostiene que "a penas hay producción puesto que muchos almendros han muerto y los que están tocados dan almendras vacía o con el almendrón podrido". Simonet agrega que "probablemente estemos asistiendo al final del almendro como cultivo tradicional. Por contra existen otras plantaciones nuevas donde son tratados como frutales que si obtienen rendimiento". Este año, además, la pulpa externa de la almendra se ha endurecido y no se abre bien, eso está provocando que disminuya la calidad, explica un payés de María.
El caballo de batalla de la almendra está siendo el precio.Este año, los agricultores de Mallorca, además de asistir a una paupérrima cosecha, tienen que bregar con un precio de unos 80 céntimos el kilo de almendra.
En este sentido, el almendrón de buena calidad y homogéneo se está pagando a 4,15 euros, pero si llega mezclado puede bajar hasta 3,80 euros.
