Faltaban veinte minutos largos para que fueran las doce del mediodía y desde la carretera de Sencelles en dirección al pequeño pueblo de Biniali se apreciaba, ayer, un larguísimo, colorido y ruidoso convoy de camiones. La Policía Local les abrió camino hasta la parroquia mientras los grandes de la carretera organizaban un estruendo monumental con sus bocinas celebrando la festividad de su patrón, Sant Cristòfol.

Unos treinta y cinco camiones pasaron ante la puerta de la parroquia, donde el rector, Pedro Cirer, fue bendiciéndolos uno por uno. Tras los camiones desfilaron las motocicletas y finalmente los vehículos particulares, hasta sumar más de sesenta en total.

Incluso la Policía Local aprovechó para acercarse con su coche patrulla para solicitar la protección del patrón de los chóferes, protector de los viajeros, patrón de los transportistas y abogado de los conductores de automóviles. El sacristán recogía los donativos y entregaba a los conductores una estampa del santo para que la colocaran en el parabrisas.

En s´Arenal (Llucmajor) no faltó la misa en honor al patrón, el baile folklórico, los xeremiers y la bendición de costumbre. En el pueblo de Sant Joan, el evento promovido por la Penya Motorista fue, de nuevo, fiel a la tradición. Y en Felanitx, también este pasado fin de semana, la plaza Peralada convocó a los conductores.