Representantes del sector turístico de Magaluf que en las últimas semanas han promovido patrullas vecinales contra la prostitución callejera se reunieron ayer en el Ayuntamiento con el alcalde de Calvià, Alfonso Rodríguez Badal (PSOE), y altos mandos de la Policía Local y de la Guardia Civil en este municipio.

Durante el encuentro, se les transmitió la idea de que esas patrullas "no son el camino" para solucionar el problema de la prostitución, como recalcó después el alcalde, quien agregó: "No se pueden tomar la justicia por su mano". Los miembros del Consistorio y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado explicaron que la única alternativa pasa por la interposición de denuncias a partir de la aplicación de la ley y de las ordenanzas municipales.

La reunión de ayer se fraguó en la protesta que tuvo lugar la semana pasada delante de la sede consistorial y que congregó a medio centenar de propietarios de locales de ocio, trabajadores de la noche, empleados de hostelería, taxistas y vecinos de Magaluf, tanto de nacionalidad británica como española. Los participantes solicitaron entonces entrevistarse con Rodríguez Badal, que ayer se reunió con una representación de ellos. En declaraciones a este diario, el mandatario municipal calificó la reunión de "provechosa", desde el momento, dijo, en que se han puesto en común temas que son motivo de preocupación en Calvià, como el turismo de excesos, el mantenimiento y la venta ambulante.

Destino de ocio

"Les hemos dicho que no es que no queramos un destino de ocio joven, pero no lo queremos de excesos. Y, en ese sentido, hemos reiterado que hay que retirar la oferta excesiva de alcohol", declaró el alcalde calvianer, quien consideró que los representantes del sector turístico habían demostrado una actitud "proactiva".

Ambas partes se emplazaron a mantener reuniones de tipo técnico en las próximas semanas, para abordar cuestiones como qué medidas implementar para mejorar el mantenimiento y la limpieza viaria de la localidad. Una de las reivindicaciones que pusieron sobre la mesa los representantes del sector turístico fue la necesidad de que haya más cámaras de seguridad en la zona, así como una mejora de la iluminación de las calles más oscuras, para evitar que se conviertan en lugares propicios para prácticas delictivas.