"Madona des Caparó/en Jordi Roca vos crida/Madona des Caparó/que li perdoneu sa vida, que vos demana perdó". Así empieza la canción escrita por Guillem d'Efak en la década de los cincuenta, y que unos años más tarde se convertiría en uno de los himnos de la Nova Cançó en contra de la pena de muerte y a favor del amor prohibido. Pero del relato romántico incorporado a la sociedad a base de letra y música, a los hechos reales que ocurrieron aquel día lluvioso de 1851, existe una distancia solo analizable con el tiempo. Y precisamente eso es lo que ha intentado descifrar la musicóloga e investigadora Bàrbara Duran en su último estudio titulado Música per a un crim. La balada den Jordi Roca i sa madona des Caparó, editado por Lleonard Muntaner.

Era tres de febrero cuando tres desconocidos llamaron a la puerta de la possessió, situada a tres kilómetros de Manacor. Catalina Aina Cànaves abre la puerta. Frente a ella aparece un hombre apuesto de unos treinta años que pide un instante de cobijo hasta que amaine el mal tiempo. Con la puerta abierta y sin tiempo a estar ya dentro, el petrer Jordi Roca les hace la señal acordada a sus 'socios', el soldado en reserva Guillem Rosselló y el ratero Miquel Nicolau, que entran en escena.

Es cuando el missatge des Caparó se da cuenta del plan e intenta impedirlo. Demasiado tarde; antes de que pueda auxiliar o pedir socorro, es acuchillado a unos metros del portal. Entre los tres encierran a las dos hijas de la reciente viuda, de cuatro y seis años, y las atan dentro de una habitación alejada. Es entonces cuando Roca agrede y viola a Catalina Aina, mientras los otros secuaces se van apoderando de los objetos de valor que van encontrando por la casa, además de toda la carne y embutidos de la matanza. Unas horas más tarde, con todo despejado, una de las niñas logra desatarse y se descuelga por la ventana con una sábana para pedir ayuda urgente.

Pero, ¿Por qué un hecho delictivo como este se ve transformado y hasta defendido, y llega a convertirse en un alegato carnal o contra la manipulación de la Justicia?. Los tres criminales, originarios de Petra, Felanitx y Ariany, no tardaron en ser apresados y puestos a disposición del juez de instrucción de Manacor, quien tras escucharles reconocer parte de los hechos ocurridos, dicta una primera sentencia provisional: cadena perpetua.

Pero la decisión final corresponde a la Audiencia de Palma, que una vez estudiado el caso, de termina que Jordi Roca debe morir ajusticiado, mientras que Nicolau continuará recluido. Rosselló es juzgado paralelamente por un Tribunal Militar al que tampoco le tiembla la mano: pena de muerte.

Es en este punto cuando los vecinos empezaron a posicionarse en favor de los asaltantes, que de repente obtuvieron la etiqueta de víctimas del sistema. Víctima de Palma, que cambia a peor una decisión ya tomada en Manacor. Se empezó a correr la voz de una posible historia de amor previa entre Roca y sa madona des Caparó, una relación prohibida de amantes que el supuesto violador se habría llevado a la tumba para no deshonrar a la señora.

De hecho a principios del siglo XX el Pare Ginard compone una glosa popular en este sentido. El punto de inicio de la historia paralela, después asentada mediante la nueva versión musicada de d'Efak y encumbrada después, casi involuntariamente, como canción protesta versionada por, entre otros, Joan Manuel Serrat. De hecho d'Efak la reescribió en los cincuenta, cambiando la letra e incluyendo una composición casi perfecta, para cantarla en entreactos de un cine de Palma (propiedad de Pepe Tous) junto a otra más ligera titulada Adéu Andreu.

Según el sistema judicial vigente en aquellos días, bastaba con entrar por la fuerza en una casa para ser condenado a la pena capital. Que fue de facto lo que ocurrió con Guillem Rosselló, "o sea que la sentencia final de la Audiencia fue un trámite lógico dentro del proceso y no necesariamente una rectificación de lo determinado en Manacor", señala Duran, que ha contado con el asesoramiento de abogados para precisar el tema.

En el mismo legajo del ya famoso procedimiento contra Roca, hay un documento revelador que determina que once meses antes del crimen des Caparó, y junto a otro ladrón de tres al cuarto, robó y violó en Petra a Pedrona Ramis, por lo que en el momento de la violación se encontraba en lo que hoy conocemos como libertad bajo fianza. En aquella ocasión Jordi consiguió escapar, huir del pueblo y esconderse durante dos meses; tras los cuales se entrega consciente de que su familia puede pagarle un buen abogado. Eso y el supuesto pago de sus parientes a la agraviada, evitó una primera condena a muerte.

"I que vos n'enrecordau d'aquest trobo?/En Jordi Roca té pena de la vida/Tothom es compadeix d'ell/Tothom, fora de la principal acusadora?/I la justícia farà el seu camí?/No se sap si per calça d'arena, forca o garrot?/Lo cert és que demà de matinada en Jordi Roca morirà, morirà?" La canción, edulcorada, habla de un subterfugio basado en el perdón de la víctima.

Tras el crimen se habló de la posibilidad de que la madona des Caparó hubiera podido salvar a Jordi Roca mediante el artículo legal de la relación consentida, solo aplicable en casos excepcionales y si el hombre se casaba con la víctima. Pero este no era el caso.

Guillem Rosselló fue primero en morir dentro del mismo mes de febero de 1851, dicen que fumando un puro y siguiendo el paso militar. Lo hizo fusilado en el cadalso. Ya entrado el mes de mayo, un verdugo especializado en el garrote vil llegó de la península para ajusticiar a Roca en la Torre dels Enagistes de Manacor.

"La Balada no deja de mostrar la vitalidad de una lengua, porque Guillem d'Efak la crea sobre una glosa popular. La vitalidad de una lengua que es capaz de articular un mensaje poderoso que no siempre se puede ver de entrada", reclama Duran.

T'estim com t'estimava/i fins demà t'estimaré/i si hi ha una altra vida/allà t'esperaré/Mai més no et podré dir: T'estim, t'estim, t'estim?/perquè demà en aquestes hores/m'hauran donat garrot.