Al alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo, no le sentaron nada bien las pintadas (supuestamente) de los quintos que le acusaban de corrupto y que fueron rápidamente borradas por la brigada municipal el pasado viernes. Tanto es así que ha denunciado el caso ante la Guardia Civil para determinar la autoría de los grafitis, aunque él tiene sus propias sospechas y no apuntan precisamente hacia los adolescentes de la quintada de este año, que podrían haber sido los autores materiales pero no los intelectuales, según el regidor de Convergència-El Pi.
Este papel lo reserva Monjo a los miembros de Suma pel Canvi. "A las siete de la mañana fueron a hacer fotos de las pintadas porque sabían que estaban allí; se hacen selfies y después los difunden", explicó el alcalde. "Detrás de esto no están los quintos, están los de Suma", expresó con contundencia.
Quiere constituir un códico ético municipal
Para prevenir la "crispación" que, a su entender, fomentan los miembros de la oposición progresista, el alcalde Monjo ha convocado a los diferentes portavoces políticos del Ayuntamiento a una reunión para debatir sobre la constitución de un código ético de buen gobierno y transparencia, una iniciativa "novedosa" para "proteger" a la institución municipal.
