Cuando faltan pocas horas para el Fin de Año se ha puesto en marcha un dispositivo especial para tener a punto el campanario y el reloj de la iglesia parroquial de Sant Joan Baptista de Muro, que se vio afectado durante las pasadas tormentas por un rayo que causó diversos fallos eléctricos que han provocado que los ´murers´ llevasen varios días sin poder fiarse de las horas que marcaban sus agujas, aunque sí de sus campanas, que seguían sonando rigurosamente cada hora con sus respectivos cuartos.

El rector de la parroquia de Muro, Pere Gerard Bestard Muntaner, llevaba unos días preocupado por las reparaciones del reloj con la intención de que estuviera listo para las campanadas de Fin de Año. "En un principio creímos que subiendo los diferenciales el reloj funcionaría, pero no fue así", explica. "Miembros de la brigada tuvieron que subir al campanario para comprobar que todos los diferenciales estuvieran activos, pero el reloj sufrió un desfase horario importante respecto a las campanas, así que decidimos ponernos en contacto con la Casa Massot, la empresa palmesana fundada en 1940 que se encargó de la electrificación del campanario en 1995, y la cual actualmente lleva a cabo su mantenimiento y algunas reparaciones puntuales", añade el capellán.

Según comenta Tomeu Massot, técnico especialista en relojes y campanas, "el reloj de la iglesia sufría una desincronización de la central autónoma de los toques de oficios, misas y horas con el motor eléctrico de la esfera, lo que provocó un desfase horario de dicho reloj debido a diversos cortes eléctricos simultáneos".

Por otra parte, la brigada de obras del Ayuntamiento aprovechó la incidencia para solucionar los problemas de iluminación del campanario, que desde hace unos meses ha estado deslucido. El campanario de Muro es uno de los lugares más emblemáticos del pueblo, y de Mallorca, ya que es de los pocos, como el de Sineu, que se encuentra separado de la iglesia (tan solo unido por un pequeño puente) y atrae la vista de los visitantes y vecinos incluso desde las afueras. No obstante, sin su particular iluminación no permite apreciar ni deleitar el gran paisaje nocturno que ofrece. Además son muchos los ´murers´ que afirman que el campanario de Muro sirve de guía para los aviones que aterrizan en la isla.

Historia

Don Pere Fiol i Tornilla, historiador y gran conocedor de la iglesia de Sant Joan Baptista, de la que fue párroco durante más de 25 años, relata en un libro editado en 1998 durante la conmemoración de los 750 años de la iglesia de Muro que según los documentos históricos encontrados se sabe que el campanario se empezó a alzar en 1640 sobre una gran base con siete pisos marcados por molduras, los dos últimos con ocho ventanas donde se encuentran las campanas que se pueden escuchar desde cualquier rincón del pueblo. Fue concebido como torre de defensa, por el hecho de que no se pueda acceder desde el exterior, aunque posee un magnífico portal que pide a gritos una restauración debido a la multitud de actos vandálicos sufridos durante años por las quintadas, que inciaban su particular fiesta repicando sus campanas.

Actualmente posee cuatro campanas y unas matracas o ´massoles´. Están las campanas mayores, Bárbara y Trinidad, la que toca los cuartos, Angelina, y Eloi, que es la campana del reloj.

El reloj ha sufrido diferentes transformaciones, pero fue montado por el maestro artesano Figuera en el año 1552, aunque si bien tenía la esfera diferente (construida en el año 1920), estaba en el mismo lugar que el actual.

El campanario desde siempre ha sido un blanco fácil para las tormentas eléctricas. Por este motivo, en el año 1915 se instaló un sistema de pararrayos para evitar males mayores, aunque en 1981 un rayó alcanzó de lleno a la bola que se encuentra en lo alto del campanario y causó numerosos destrozos en su tejado.

Finalmente, todo indica que el reloj del campanario estará a punto para marcar las campanadas que hoy a partir de las doce nos trasladarán al año nuevo.