El riesgo potencial que suponen los contadores comunitarios en complejos residenciales saltó a la luz pública a principios de este año. El pasado mes de febrero, el complejo Parasol de Santa Ponça se quedó durante varios días sin luz ni agua en plena ola de frío. El motivo fue que se desconectó por un impago el único contador del inmueble, que antes albergaba un complejo turístico y que fue objeto de un cambio de usos. A raíz de eso, el Ayuntamiento inició una campaña de inspecciones para detectar otros edificios sin contadores individuales donde se pudiese repetir ese problema. Sólo se detectó en aquel entonces el caso de otro edificio de Santa Ponça, Carolina Park, que también había sido objeto de un cambio de usos.