A lo largo de los 115 años de historia de la inacabada Església Nova de Son Servera, las palomas se han convertido en una auténtica pesadilla para su conservación. Los excrementos de los centenares de ejemplares que habitan e incluso anidan actualmente en los muros del templo, han causado verdaderos deterioros no solo en muros y paredes, sino también de la ornamentación de hierro. Por eso el consistorio serverí trabaja estos días junto con técnicos de Natura Parc, para encontrar una solución definitiva al problema. Se trata de intervenir con halcones peregrinos.

La primera consistirá en la instalación de unas jaulas en lugares estratégicos de los muros, para intentar capturar el mayor número posible de palomas. Para la segunda, a más largo plazo, se prevé traer unas crías de halcones peregrinos para criarlos en el inacabado recinto eclesiástico. Si esto se pudiera conseguir, se espera que la pareja sirva para ahuyentar a las palomas del lugar, al menos mientras estén presentes la pareja de depredadores.

Reformas

La Església Nova ha padecido dos grandes reformas, una a principios de la década de los sesenta y otra en la década de los noventa. La primera fruto del abandono, donde las palomas ya anidaban en grandes bandadas. La reforma llego a raíz de la creación del grupo folklórico Sa Revetla, que empezó a utilizar el lugar para interpretar bailes populares o representar escenas de la vida cotidiana de la payesía para vecinos y turistas; pero las palomas no por ello, dejaron de llegar.

Treinta años después, la Església Nova tuvo otra reforma, más profunda que recuperó la maltrecha Capella Fonda, donde los excrementos de las palomas habían hecho mella. También padecían deterioro debido a ello las capillas superiores, rosetones o ventanales donde anidaban.

Con la reforma se cerró por completo la Capilla Fonda. Pero las palomas siguieron buscando refugio en cualquiera de los ventanales o huecos entre los muros. Y aunque hayan menguado en número, actualmente la colonia sigue siendo considerable la colonia a lo largo de las paredes que diseñara el discípulo de Gaudí, Joan Rubió i Bellver iniciados en 1905, por lo que se hace indispensable una actuación en uno de los bienes arquitectónicos más queridos y emblemáticos del patrimonio serverí.