Las gallinas de la rotonda de la plaza Madrid de Manacor, uno de los símbolos naturales y mediáticos de la ciudad (cuentan con su propia página en facebook), ya cuentan desde hace unos días con una vivienda donde resguardarse de los rigores estivales, beber con tranquilidad y alejarse del estrés del tráfico en las horas punta. Aunque, a decir verdad, en realidad se trata de una jaula colocada por la concejalía de Medio Ambiente municipal para controlar la peculiar población y evitar que crezca y suponga un peligro para la seguridad.

Como si de un cobertizo de madera y rejilla en mitad de una finca se tratara (en este caso rotonda rodeada de césped y plantas bajas en medio de la avenida con más coches de Manacor), el recinto de unos cuatro metros cuadrados y que también permanece abierto toda la noche, sirve para que si en un momento dado la Policía Local o los técnicos quieren apresar a determinadas gallinas lo puedan hacer con más facilidad. Desde el Ayuntamiento informan que lejos de querer acabar con ellas, se ha optado por ofrecerles un refugio seguro al tiempo que se controla el crecimiento del grupo.

Hacía unas semanas que desde la delegación de Medio Ambiente habían notado la proliferación de aves, lo que despistaba a los miles de conductores que de forma diaria pasan por la rotonda e incrementaba la posibilidad de accidentes.

Hace aproximadamente un año la Policía Local de Manacor ya emitió un informe en el que se detallaba el problema causado por las gallinas de la plaza Madrid. Asimismo, unos meses atrás varios perros entraron en el espacio verde y mataron unas cuantas provocando un revuelo entre los vecinos.

Sin muertes

Lo que sí quiere dejar claro el consistorio es que no habrá nuevas muertes entre las aves ni serán eliminadas de la que es su plaza desde hace dos años. Así, cada una de las que deban abandonar la rotonda por exceso de población (que se quiere estabilizar entre los 15 o 20 ejemplares), será llevada a Natura Parc, con quien la Sala parece que ya tiene un acuerdo de colaboración en este sentido. "Lo que no deseamos tampoco es que la gente entre y les dé comida y bebida, entrando y generando situaciones de inseguridad para todos", explican las fuentes municipales.