"Este centro permanecerá cerrado durante los meses de diciembre y enero". Con este cartel se topan las personas que se acercan al controvertido Centro de visitantes del Parque Nacional de Cabrera, más conocido como el acuario, o la pecera, de la Colònia de Sant Jordi (municipio de ses Salines). Este ambicioso centro fue impulsado por el exministro de Medio Ambiente Jaume Matas (PP), y fue inaugurado acumulando varios años de retraso en 2008. Costó en torno a 21 millones de euros, casi el triple de lo previsto inicialmente. Debía contribuir a la tan deseada desestacionalización turística y ser un brillante revulsivo económico y sociocultural, pero la realidad es muy diferente. En los últimos años ha habido múltiples cambios en la gestión; modificación de horarios; reducción de personal laboral y de espacios, atractivos y servicios.
Vecinos y empresarios consultados por este periódico coinciden en lamentar "tanto desperdicio" e "irresponsabilidad política".
No en vano, el acuario colonier ha sido la inversión 'récord' de la Fundación Parques Nacionales, organismo vinculado al Gobierno central. Con la transferencia de la competencia del parque, de Madrid al Govern balear, la popular pecera pasó a ser gestionada directamente por el Ejecutivo autonómico. Un dato habla por sí mismo: si Madrid auguró antes de la apertura del acuario, que éste acogería la "cifra razonable de 500.000 visitantes al año", el pasado año los encargados de la gestión expresaron su deseo de que, realizando una óptima promoción del complejo, "se puedan acoger a partir de 50.000".
Hay que apuntar que desde mayo de 2013 la empresa Tragsa asume la gestión integral. En la página web www.cvcabrera.es se ofrecen múltiples detalles.
