A finales de 2011 las máquinas de la empresa navarra Herri-Berri comenzaban los trabajos para eliminar el puente elevado sobre el Riuet de Porto Cristo. De todo ello, de la polémica, de los comerciantes afectados, de las resoluciones judiciales... se escribió mucho, tanto, que la escena de este pasado viernes a orillas de los amarres porteños era, cuanto menos, sonrojante. Una interventora y un ingeniero de la conselleria de Medio Ambiente viajaron desde Palma para comprobar, tres años después, si efectivamente ya no quedaba puente. Una especie de operación despiste para maquillar el verdadero problema: que el Govern todavía no ha pagado la parte de la demolición del puente a la que se comprometió meses después de que finalizaran las obras. El concejal del ayuntamiento de Manacor, Bernat Amer, les recibió y explicó lo evidente... algo así como que el puente no está y que no ha sido precisamente capricho de David Copperfield.
Aunque, claro está, lo más problemático para el consistorio de Toni Pastor, es que ni el Govern ni el Consell han pagado aún ni un céntimo de lo prometido. Bauzá fue el primero en firmar un protocolo con el ayuntamiento de Manacor, lo que meses después se oficializó en un convenio firmado. Pero de momento, nada de nada del tercio a pagar, alrededor de 230.000 euros. Lo del Consell es, si cabe, más inexplicable; dos años después del derribo decide habilitar una partida para pagar la misma cifra que la conselleria de Medio Ambiente. Transcurrido un año más, la partida está a punto de caducar.
