El famoso vídeo de la felación colectiva en un bar de Magaluf, que dio el pasado mes de julio la vuelta al mundo y generó un escándalo turístico y mediático, aporta una de las claves para entender los hechos de los últimos días. Como apuntaba ayer un alto responsable municipal del ayuntamiento de Calvià, esa grabación no ha sido el detonante de la investigación -que se inició hace tiempo a raíz del caso abierto en la Policía Local de Palma-, aunque "sí que ha precipitado los acontecimientos".

A raíz de ese vídeo, se impusieron severas multas económicas tanto al bar donde se grabó -el Playhouse, según recoge el expediente municipal- como a la empresa organizadora de la excursión etílica, Carnage Magaluf. Su difusión, además, disparó las inspecciones administrativas en Punta Ballena, generando un importante malestar empresarial.

Entre las personas vinculadas al mundo de la noche de Magaluf que aportaron documentos a la Fiscalía Anticorrupción, figuraron personas en la órbita de este sector empresarial vinculado al pub crawling del polémico vídeo, además de otros conocidos propietarios de negocios nocturnos en la zona.

Postura del Ayuntamiento

Por otro lado, el ayuntamiento de Marratxí salió ayer al paso de las informaciones que vinculan al jefe de la Policía Local del municipio, Antonio Ledesma, con la presunta trama corrupta existente en Calvià.

En declaraciones a este diario, el alcalde de Marratxí, Tomeu Oliver (PP), expresó su "máximo respeto" a la actuación judicial y no quiso profundizar mucho más en la cuestión hasta que haya conclusiones definitivas. "Cuando haya algo confirmado, el Consistorio no dudará en tomar las decisiones más adecuadas", manifestó Oliver, quien consideró que Ledesma ha hecho una "buena labor" como jefe policial.