Tras meses de adecuación, el antiguo dispensario del Port de sa Calobra reabrirá sus puertas convertido parcialmente en un albergue. El presidente del Govern, José Ramón Bauzá, inauguró ayer las nuevas instalaciones acompañado por el alcalde de Escorca, Antoni Solivellas, y otras autoridades locales y autonómicas.

El nuevo refugio está dividido en un dormitorio con cinco literas dobles, una sala multiusos equipada con cocina, que incluye una pequeña vitrocerámica, una nevera y un microondas; mesa rectangular, bancos y chimenea; un baño compuesto por dos lavabos, dos inodoros y dos duchas, así como una amplia terraza empedrada a pie de mar. Junto al refugio se ha habilitado una zona de aparcamiento de hasta cuatro vehículos.

Durante la visita efectuada, Bauzá consideró que este refugio es "una apuesta clara por la mejora de la calidad turística y de servicios al ciudadano".

Por su parte, el alcalde Solivellas se mostró "muy satisfecho" e indicó que "es un orgullo impulsar una iniciativa como ésta, porque demuestra que Escorca y su ayuntamiento apuestan por un turismo sostenible y de calidad".

El alcalde consideró que este tipo de alojamiento "es respetuoso con el medio y además aportará más recursos al municipio además de dinamizar la zona en que se encuentra".

El uso del refugio, con capacidad para diez personas y en primera línea del mar, supone abonar una tasa de 100 euros por día, por toda la instalación, más un depósito de otros 100 euros como fianza, que será devuelta mediante transferencia bancaria durante los cinco días siguientes a la salida del refugio, una vez revisado y comprobado el buen estado de las dependencias.

Tras la inauguración, Bauzá, y Solivellas aprovecharon para reunirse y comer junto a algunos empresarios y vecinos de la zona, que les explicaron algunos problemas que padece la zona.