El ayuntamiento de Llucmajor quiere evitar los problemas circulatorios que se forman durante el verano en s´Arenal, cuando la búsqueda de una plaza de aparcamiento cerca de la primera línea, se convierte en misión casi imposible. Para ello, el consistorio ya ha iniciado una ronda de consultas entre los vecinos y comerciantes, con el fin de conocer su opinión acerca de la adecuación, por primera vez, de una zona azul de pago de cara a este mismo verano, la solución para que haya una mayor movilidad y estacionamientos disponibles.

El alcalde Joan Jaume Mulet (PP) quiere conocer la opinión comercial antes de emprender el proyecto ORA: "No descarto que este próximo mes de junio podamos ya iniciar un periodo de pruebas, pintando líneas azules en una serie de calles de la segunda o tercera línea de costa, para así saber cómo va y como responde la gente". En principio el Ayuntamiento aún no quiere dar a conocer los nombres exactos de las calles que se verían afectadas por la nueva zona ORA, aunque sí se conoce que se haría afectiva en la zona de la calle Salut.

Según Jaume el principal escollo "sería el de repartir primero unas acreditaciones especiales para los residentes que permitieran que pudieran aparcar cerca de casa, lo que no sabemos si podría afectar a la movilidad, que al fin y al cabo es lo que buscamos con esta medida". Los técnicos municipales y el equipo de gobierno temen que los vecinos de la localidad copen los aparcamientos azules "y no muevan el coche en horas o días", lo que no dejaría apenas espacios libres para los visitantes y turistas.

El problema es que muy pocas viviendas situadas cerca del mar, las primeras que se construyeron y en donde el colapso de aparcamiento es mayor, cuentan con aparcamientos propios, lo que supone que sus habitantes tengan que dejar sus vehículos en la calle. "Lo que no suele pasar en las fincas más alejadas, que ya previeron la necesidad", señala Joan Jaume, quien dice que se manejan "distintas opciones". De hecho, otra de las posibilidades que el PSM recordó durante el pasado pleno municipal celebrado el miércoles, se centraría en la creación de una serie de aparcamientos disuasorios situados antes de llegar a la zona conflictiva, un aspecto que el alcalde ve poco probable "dado los problemas de espacio que tenemos para encontrar un solar".

La solución frustrada

Hay que recordar que hace unos años el ayuntamiento de Llucmajor trató de impulsar un gran número de aparcamientos subterráneos. Bajo el mandato de Lluc Tomàs, el consistorio solicitó un préstamo del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para solventar de una vez por todas el problema. Seis millones que salieron del Fondo de Modernización de Infraestructuras Turísticas (FOMIT), que el Ministerio de Industria ofrecía para apoyar la renovación de los destinos turísticos.

En 2005, el exalcalde anunció la creación de unas 600 plazas subterráneas de estacionamiento. De estas, unas 150 se iban a realizar en una instalación soterrada de dos pisos en la plaza de la Reina María Cristina, también conocida como la plaza Naranja. Las más de 400 plazas restantes se iban a crear en la avenida de Europa.

La corporación municipal licitó en su día la redacción de los proyectos de obra y los estudios de seguridad, lo que le costó al Ayuntamiento más 500.000 euros. El plazo dado por Madrid finalizó al acabar 2012, por lo que esos seis millones tuvieron que ser devueltos sin empezar las obras.