Cuenta la historia que hace 600 años, ante la fama que había tomado el fraile dominico Vicenç Ferrer, los Jurats de Mallorca invitaron al religioso valenciano para que recorriera las poblaciones mallorquinas para realizar predicaciones. La tradición oral porrerenca que ha sido recogida por los historiadores Gaspar Munar y Ramon Rosselló, cuenta que el 24 de noviembre de 1413 Sant Vicenç Ferrer estuvo en Porreres y predicó en el cruce entre las calles Almoina y Pou Florit, ya que fue tal la concentración de gente que no cabían en la antigua iglesia. Según el Códex de Aviñón ese día el santo hizo un sermón que llevaba por título La nostra ciutadania és al Cel, hablando sobre el cielo y el camino para llegar a él.

Fue tanta la huella que dejó el religioso a su paso por Mallorca que en el tomo V de las Rondalles mallorquines de Mn. Antoni M. Alcover se pueden leer diversas historias de la estancia en Mallorca del santo que formó parte de la Orden de los Predicadores. Actualmente en el templo parroquial de Porreres hay una capilla dedicada a Sant Vicenç Ferrer, la cual ya está datada durante el siglo XVIII. Para tal efeméride la parroquia organizó el este pasado fin de semana una serie de conferencias que impartió el dominico P. Enric Casellas Sanahuja.

Ayer por la noche, parte de la comunidad de dominicos de Palma se trasladaron a Porreres para participar en la misa del 600 aniversario que finalizó con una procesión hasta el lugar donde la tradición cuenta que Sant Vicenç Ferrer realizó su sermón. Por este motivo, un niño, Joan Servera Nicolau, vestido con el hábito dominico realizó un sermón rememorando el evento histórico que vivió Mallorca y más concretamente Porreres.

Creu de Marc Riera en Manacor

En Manacor, la hoja parroquial Lluerna también recuerda este 600 aniversario. Una cruz de piedra alzada en Manacor, la creu de Mn. Marc Riera, conmemora la visita del gran predicador, cuya gira generó auténtico fervor. Leyendas contribuyen a su paso. En Manacor la tradición dice que predicó cuatro sermones en la plaza del Palau, y habló contra el lujo, "aconseguint que les manacorines canviassin la forma del rebosillo".