Todo indica que la aplicación de la nueva ordenanza reguladora de la ocupación de la vía pública levantará ampollas en el municipio del Nord. Aprobada por vía de urgencia el pasado mes de febrero gracias al voto de calidad del alcalde, la ordenanza ha recibido unas cincuenta alegaciones durante el periodo de exposición pública que concluyó el pasado lunes 16 de abril.

La mayoría de partidos de la oposición municipal criticó en su día la celeridad con la que el equipo de gobierno quiere poner en marcha la normativa y la falta de consenso político que, a su entender, ha caracterizado el proceso de aprobación inicial. Algunas formaciones como Alternativa per Pollença consideran incluso que algunos artículos de la ordenanza pueden ser inconstitucionales y podrían ir en contra de derechos fundamentales como la libertad de expresión.

Entre otras medidas, la ordenanza prohíbe a los negocios la contratación de tiqueteros o relaciones públicas, y la ocupación de la vía pública con aparatos musicales, televisiones, radios o cualquier otro medio audiovisual.