El alcalde de Calvià, Manu Onieva (PP), ha encargado a los servicios jurídicos del Ayuntamiento que trabajen en la elaboración de una nueva ordenanza de tiqueteros, que sustituiría la actual prohibición total que existe sobre la actividad de estos relaciones públicas característicos de la oferta de ocio del municipio.

A nivel oficial, no ha trascendido en qué consistirá con exactitud la futura normativa, puesto que aún se están acabando de perfilar los detalles.

Sin embargo, tomando como base información extraoficial suministrada por fuentes municipales y de personas del sector del ocio que han hablado con cargos del Consistorio sobre el texto en preparación, la ordenanza abriría la puerta a la vuelta de los tiqueteros, en función del núcleo de población de que se trate y con firmes restricciones.

En cualquier caso, la normativa que se está elaborando introducirá cambios respecto a la política que promovió el anterior alcalde popular, Carlos Delgado, quien a principios de la pasada legislatura impulsó la prohibición total de la publicidad dinámica en la vía pública.

En aquel entonces, el PP, que llevó la prohibición en su programa electoral de 2007, justificó la medida por lo que consideraba que era un clamor social contra unos agentes comerciales que causaban mala imagen al atosigar al turistas y ser una fuentes de problemas entre los propios empresarios.

La figura de estos relaciones públicas era –y sigue siéndolo a pesar de la prohibición– característica de los núcleos turísticos calvianers durante el verano. Trabajan a pie de calle, sobre todo delante del negocio que promocionan, aunque su ámbito de actuación a veces se amplía a otras zonas. Su cometido básico, convencer al turista para que entre en un determinado local.

Publicidad dinámica

La regulación actualmente en vigor, que se aprobó en un pleno municipal el 28 de febrero de 2008 y que comenzó a aplicarse en abril de ese año, establecía lo siguiente: "Se prohíbe el ejercicio de la publicidad dinámica de carácter manual y el ejercicio de la publicidad dinámica oral, utilizando, para tal fin, la vía, zonas públicas y zonas privadas de concurrencia pública. Igualmente, se prohíbe la publicidad visual mediante los llamados ´hombres anuncio´ o figuras análogas".

Clausura temporal

La dureza de las sanciones –de entre 6.000 y 30.000 euros y que comportaban el cierre cautelar del establecimiento en caso de incumplimiento reiterado de la ordenanza– soliviantó desde el principio al sector del ocio calvianer, que consideraba excesivas las multas.La magnitud de las sanciones queda de manifiesto con el siguiente dato: el año pasado, la Policía Local de Calvià impuso multas por valor de 584.069 euros a bares que usaban tiqueteros, según informó el equipo de gobierno en un pleno celebrado en diciembre de 2010. Un pleno en que, además, el Consistorio estimó que, durante 2011, recaudaría 700.000 euros en sanciones contra locales de ocio por utilizar relaciones públicas. También el año pasado la Policía Local cerró cautelarmente ocho negocios (la clausura se prolonga durante tres días), por el incumplimiento reiterado de la normativa. Fue la mayor cifra de cierres desde que entró en vigor la norma, según indicaron entonces responsables policiales.