El pueblo de Alcúdia, en general, aprueba la medida economizadora adoptada por el Ayuntamiento consistente en reducir el consumo de luz en las calles del centro de la ciudad y en determinados monumentos y edificios públicos, una iniciativa que se lleva a cabo en el municipio del Nord desde hace unos quince días, tal y como informaba ayer este diario.

La mayoría de los ciudadanos que prestaron ayer su opinión a este medio se manifestaron a favor de la medida de recortar la iluminación pública en un 33 por ciento. Sin embargo, muchos de ellos lo hacen con reservas ante el posible aumento de la inseguridad ciudadana en zonas muy específicas del casco antiguo, y especialmente en el ámbito de las murallas o el centro comercial de Es Clot.

Pero este no es el único recelo. No faltan voces que critican que se haga un gran esfuerzo para sincronizar nuevamente la iluminación pública (que también habrá que pagar) mientras que por otra parte se seguirán realizando gastos que "podrían evitarse", en opinión de algunos de los ciudadanos encuestados.

Los alcudiencs aprueban la medida, pero eso no significa que la aplaudan, ya que observan algunos matices que, a su entender, el Ayuntamiento debería explicar a los ciudadanos. Los entrevistados a pie de calle por este diario no ven una mala iniciativa reducir la iluminación del municipio, pero no pueden evitar preguntarse cuánto dinero se va a ahorrar realmente con esta medida y si no se podría ahorrar más y mejor aplicando otras medidas como racionalizar otros gastos que realiza el Ayuntamiento.

Algunos entrevistados consideran incluso insuficiente la medida del equipo de gobierno integrado por UM y PSOE y se manifiestan a favor de un recorte en la iluminación del cincuenta por ciento. Es decir, que el Consistorio corte la luz en una de cada dos farolas del centro histórico de la ciudad en vez de apagar una de cada tres bombillas, tal y como se hace en la actualidad.

Varios ciudadanos insisten en que la iniciativa podría conllevar un aumento en la inseguridad ciudadana, una tesis que también comparte el PP, partido que ejerce la oposición municipal, que ha reclamado al equipo de gobierno que revise las calles que se han quedado totalmente a oscuras. En este sentido, el alcalde de Alcúdia, Miquel Llompart (UM), afirmó a este diario que la decisión de cortar la luz de algunas farolas del centro no es inflexible y que el Ayuntamiento modificará el sistema si es necesario para evitar la ausencia total de luz en las calles.

Otros residentes en la ciudad de Alcúdia se muestran indiferentes ante la iniciativa municipal. En este sentido, algunos comerciantes explican que a estas alturas del año las calles se vacían a determinadas horas, por lo que la presencia de iluminación no es tan necesaria. Otros, por contra, aplauden sin fisuras el plan estratégico del Ayuntamiento e instan a todos los particulares a aplicar la misma medida en sus propios domicilios como una medida economizadora.