Los funcionarios municipales protagonizaron una protesta por sus recortes salariales. El conflicto laboral se escenificó con el obsequio que entregaron al alcalde en señal de queja, huesos de pollo para hacer sopa que según ellos "será lo que deberán comer sus familias esta Navidad". Los manifestantes entregaron el presente al alcalde murer, Martí Fornés, junto a una carta en la que emplazan a negociar y llegar un acuerdo. Desde el consistorio también se ha apuntado la voluntad de llegar a un acuerdo.
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