Es un chivato, sí, pero no es malintencionado. Su mensaje llega precedido de una corta sintonía o un breve zumbido de vibración. Uno lo escucha. Rebusca en el pantalón o en la bolsa. En la pantalla, letras negras sobre fondo blanco, el aviso de que algo no acaba de ir del todo bien: ´Su hijo tiene cuatro faltas de asistencia sin justificar de día 4 de octubre de 2010´. El SMS hace que el progenitor descubra de forma casi inmediata lo que está haciendo (o mejor, no haciendo) su hijo en el instituto. Un mensaje directo, preciso, sin los rodeos de circulares informativas en papel que pueden llegar o no a su destino. Un SMS chivato, sin duda, pero del que todo el mundo, sobre todo profesores y padres, habla maravillas.

"Es un sistema de notificación mucho más inmediato. Si el alumno falta a clase un par de días seguidos o si lo han expulsado del aula, enseguida enviamos el mensaje. La valoración que hacen los padres es muy positiva, porque piensan que así sus hijos están más controlados", manifiesta la directora del instituto, Margalida Gomila, quien recuerda que la iniciativa forma parte del programa de gestión de centros de la conselleria de Educación (Xestib). En Bendinat, lleva funcionando un par de cursos.

"La idea es genial, pero tiene un coste", agrega. Los recortes presupuestarios han hecho que, desde enero de 2010, se haya ajustado el envío de mensajes. La Conselleria subvenciona ahora un SMS al mes por alumno y, si se supera este tope, corre a cargo de los gastos del centro. En la actualidad, en el IES Bendinat cursan sus estudios unos 1.100 alumnos. El ´chivatazo´ a los padres no es la única opción del sistema. Tiene otras funcionalidades. Posibilita, por ejemplo, remitir un aviso genérico a todos los miembros de la comunidad educativa (profesores, alumnos, progenitores), informando de alguna actividad extraescolar o de una reunión de padres. También permite notificaciones internas entre los docentes.

Uno de los jefes de estudios del centro, Juan Vicente Riera, apunta que, detrás del mensaje que llega a los miembros de la comunidad educativa, existe un trabajo previo de solicitar autorizaciones y de rellenar una base de datos con los horarios y las matriculaciones de los estudiantes, algo clave si después se quiere desarrollar el sistema de faltas.

"Lo de las autorizaciones se explica, porque, legalmente, no puedes enviar ni un SMS ni un correo electrónico si el padre o tutor no ha firmado previamente. Hay casos de padres que no dan su consentimiento", dice Riera, quien refiere que, por pulir todos estos pequeños detalles, hasta octubre o noviembre el sistema no está plenamente operativo.

Ante la pregunta de si este tipo de iniciativas no suponen un mayor incentivo aún para que los jóvenes caigan en un uso excesivo del móvil, los responsables del centro educativo recuerdan que la utilización de aparatos electrónicos (como teléfonos o reproductores de música) está prohibida dentro de las aulas por las molestias que pueden llegar a causar.

"Entre los padres, el nivel de satisfacción es alto. Es un sistema que gusta, y lo consideran una muy buena herramienta", declara Victoria Jiménez, quien, además de jefa de estudios del centro, es madre de un alumno de cuarto de ESO matriculado en el IES Bendinat. "A diferencia del correo electrónico, que uno no lo está consultando todo el tiempo, el mensaje de móvil es más efectivo", manifiesta.