La discoteca Pachá abrió en Son Caliu el pasado junio y, desde entonces, se ha visto envuelta en una larga historia de desencuentros con colectivos vecinales y el ayuntamiento de Calvià. Residentes en la urbanización se quejaban de las molestias que llevaba aparejado el establecimiento. Y el Consistorio llegó a hablar de la posibilidad de "expropiar" el local. La propiedad de la discoteca se ha quejado siempre del "acoso y derribo" sufrido por parte del Ayuntamiento calvianer.