La crisis económica y los consecuentes reajustes en múltiples instituciones públicas también están alcanzando al centro de visitantes, popularmente conocido como sa peixera, acuario, del parque marítimo-terrestre de Cabrera. La ambiciosa infraestructura fue impulsada en Colònia de Sant Jordi (ses Salines) por el ex ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, en 2002, e inaugurada con mucho retraso en julio de 2008. Ya se ha procedido a una reducción de personal y se prevé cerrar al público una parte del complejo, la referente al medio terrestre (con pantallas y una cortina de agua) a fin de reducir gastos.

Estos extremos fueron confirmados ayer a DIARIO de MALLORCA por Albert Catalán, presidente del nuevo patronato del parque, cuya gestión y administración depende del Govern desde que fue transferida por el Gobierno central a la comunidad precisamente hoy, 1 de julio, se cumple un año.

Si en septiembre de 2008 Carlos Andray, director del complejo, informó que en las instalaciones había 26 trabajadores como personal fijo, al margen de las empresas de mantenimiento contratadas, las cifras aportadas ayer por Catalán (nacido en Queralbs, Girona, en 1949, si bien residente en Esporles desde 1976, y con un extenso currículum resaltando su dedicación docente) revelaron un número más bajo. En concreto, el centro tiene 6 acuaristas, 8 informadores y 3 personas de administración y mantenimiento. La reducción recién aplicada ha consistido en despedir a 4 educadores-guías, por lo que ahora hay unos doce efectivos.

Catalán reconoció que la situación es "delicada", y que los despidos a fin de reducir gastos para afrontar el inminente recorte presupuestario "no son hechos agradables". El presidente del patronato aseguró que "la atención al público sigue garantizada", sumando el trabajo de dos personas de Espai de Natura. Allegados a uno de los cuatro informadores despedidos advirtieron ayer del posible cierre del acuario y de las dificultades económicas que también afectan a algunas de las 150 especies expuestas. Catalán confirmó la previsión de cerrar la parte de medio terrestre, y de los problemas con la comida para los peces dijo no tener constancia que sea cierto que esto ocurra.

El actual presupuesto del patronato del parque de Cabrera es de 3,8 millones de euros, más 280.000 aportados por el Ministerio en concepto de subvenciones al área de influencia socioeconómica del parque nacional. El mantenimiento anual del centro de visitantes supone en torno a un millón, teniendo que añadir alrededor de 300.000 por consumo de electricidad.

Cabe recordar que las obras de este macro recinto de interpretación se iniciaron en noviembre de 2002. Desde el anuncio oficial, por parte de Matas (cuyo piso de veraneo se encuentra curiosamente a escasos veinte metros de distancia), fue objeto de controversia política y social por distintos motivos.

La constructora Tragsa comenzó los trabajos, en la calle Gabriel Roca, muy cerca de la playa. El precio del solar de 4.200 m2, unos tres millones y medio de euros, ya fue muy discutido por el PSOE. Madrid, a través de la Fundación Parques Nacionales, tenía previsto invertir en la obra 4,2 millones, aunque diferentes cambios (por filtraciones de agua y otras causas) hicieron que el coste final subiera a un total de 21 millones de euros, la inversión más alta de las realizadas hasta la fecha por la Fundación Parques Nacionales.

Si el deseo era abrir el acuario a comienzos de 2004, no fue hasta el 1 de julio de 2008, con la presencia de la socialista ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, y el president del Govern balear, Francesc Antich, entre otras muchas autoridades, cuando se abrió al público. La entrada ha sido siempre gratis.