El ayuntamiento de Manacor presentó ayer las reformas efectuadas en el hasta ahora abandonado Molí den Beió, y que albergará a partir del próximo curso a los alumnos de la Escola de Mallorquí. Las obras, financiadas con 1,3 millones de euros del Plan E, han servido para reformar buena parte de la casa del molino, transformada en varias salas polivalentes.

Pero lo que más llama la atención es el buen estado de conservación del sistema tradicional para moler el grano y transformarlo en harina. La maquinaria, íntegramente en madera, intacta y única en las islas (tan sólo hay similitudes en cuanto a conservación con referentes de Castilla la Mancha), será ahora rehabilitada para que pueda volver a usarse, pero con un componente lúdico y educativo.

"Está previsto que la próxima semana nos entrevistemos con técnicos de Patrimonio del Consell para cerrar el convenio", señaló durante la visita el regidor de Urbanismo, Bernat Amer.

Como es habitual, el Consistorio correría con los gastos de compra del material de obra, mientras que la institución insular pondría a los trabajadores especializados en estas labores.

El Molí den Beió se encuentra dentro de la explanada de 3.000 metros cuadrados de superficie que el Ayuntamiento tenía previstos para el frustrado recinto ferial, y que, ahora, una vez que se trasladen los módulos de la escuela prefabricada del CEIP Manacor, pasará a ser un parque con pistas deportivas (ya existentes y que pronto se abrirán por las tardes para los vecinos) multifuncionales y un recorrido deportivo alrededor del recinto.