La mayoría de componentes de la dirección del PP balear, que se reunió ayer, estuvo de acuerdo en la necesidad de adoptar medidas ante la sucesión de encontronazos de la semana pasada con la junta local de Calvià. "Está claro que se han pasado dos pueblos y que hay que hacer algo", aseguró uno de los barones de la formación.

En cualquier caso, de la reunión de ayer no surgió una reacción oficial al envite que formuló el pasado viernes el líder de la junta local, Manu Onieva –hombre de confianza del alcalde Carlos Delgado–, al presidente del PP balear, José Ramón Bauzà, al pedirle la dimisión. De cara al exterior, la dirección sigue la estrategia de hablar lo mínimo posible de la controversia con la junta local para no dañar al partido.

"Seguir hablando de Calvià de puertas afuera no es beneficioso para nuestros intereses", manifestó uno de los miembros de la dirección, siguiendo la postura expresada recientemente por Bauzá, quien aseguró que "éste es un análisis que ha de hacerse en el foro interno".

Los componentes de la cúpula balear consultados ayer coincidieron en señalar que el acto del sábado, en que Onieva proclamó su candidatura provisional a la alcaldía, se movió en parámetros aceptables. En cambio, hacen una valoración diferente de sus declaraciones del viernes, al desafiar directamente, dicen, al líder del Partido Popular en Balears.

Mensaje conciliador

En una cena multitudinaria el pasado sábado en el Casino de Mallorca, a la que asistió un millar de personas, Onieva dio por zanjadas las discrepancias con la dirección regional y envió un mensaje conciliador.

A pesar de que se mostró convencido de que en 2011 será el nuevo alcalde de Calvià, en todo momento se refirió a su candidatura como provisional.