Hace diez años aproximadamente que la cría de avestruces se introdujo en Balears con grandes expectativas. Se hablaba entonces de un sector en expansión y de alta rentabilidad debido a que se trata de un animal del que se puede aprovechar todo. No obstante, la realidad ha sido muy distinta tras una década. Es cierto que del animal se puede aprovechar todo, pero en Balears no hay industrias que trasformen las plumas en plumeros, curtan la piel para calzado, ni tallen las uñas y picos para fabricar botones. La única salida a gran escala es la carne y el aprovechamiento del animal en canal no es de los más altos.

Los pequeños productores, que en 1995 comenzaron teniendo una o dos unidades de cría (un macho y dos hembras) han ido dejando el negocio. Se necesita una inversión en incubadoras y jaulas de cría para los pequeños. Además de ello ha de hacerse una ganadería extensiva por las propias características del animal.

Cría natural

Los pequeños criadores, según la asociación que agrupa a los productores, han ido haciendo una cría natural, dejando que los mismos animales empollaran los huevos. "Esto tiene un rendimiento de un 50 por ciento de nacimientos -explica el presidente de la entidad, Gabriel Torrens- y luego hay que criar a los pollos. Evidentemente en la cría de esos pollos habrá bajas. Todo ello junto ha desanimado mucho a los pequeños criadores".

Torrens explica que "las expectativas eran enormes en 1995. La empresa Decma trajo animales de Namibia y se cobraban entonces dos millones de pesetas (12.000 euros) por una unidad de cría. Si eso se compara con los 900 euros que se cobran ahora la conclusión es obvia". En la actualidad hay una sola granja, según la Associació Balear de Criadors d´Estruços, que se pueda considerar una explotación a nivel industrial de carne, se trata de Can Caló.

No obstante, tras el abandono del grueso de ganaderos que se sumaron a la euforia inicial, la carne de avestruz ha crecido en comercialización. Las cifras del año pasado indican que se sacrificaron 200 animales para la venta de carne en el matadero de Inca -el único autorizado para sacrificar avestruces-. Los restaurantes que sirven carne de avestruz incluso la importan de fuera porque la producción balear no es suficiente.

Producción ecológica

Desde enero de este año la cría de avestruz que se hace auspiciada por la asociación balear ha entrado en una nueva dinámica para aumentar la calidad, se trata de la producción ecológica. Balears ha sido la primera comunidad autónoma de España y de Europa en elaborar un reglamento de la cría ecológica de este ave. Esto significa que los animales son engordados con alimentos naturales y que además son criados de forma extensiva, entre otras condiciones. La alimentación aceptada especifica productos de engorde como habas, cereales, algarrobas, alfalfa, higos y otros.