Una arrebatadora Samantha Hudson enloquece Mallorca
La iconoclasta mallorquina de alcance nacional arrasa en la segunda cita de los conciertos de Sant Sebastià con un extravagante espectáculo lleno de ironías y críticas a la Iglesia
Reivindicativa, arrebatadora y totalmente desatada. Samantha Hudson se subió ayer al escenario de Plaza Mayor y enloqueció al público con su quinto concierto de la gira ‘Liquidación Total’.
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La artista mallorquina comenzó el espectáculo puntual, a las 21.30h, con una estruendosa carcajada ante la mirada de miles de personas. «Samantha, soy yo, Dios», exclamó una voz que resonó por toda la plaza: «No puedo incluirte en mi rebaño porque eres maricón».
«¿Con que esas tenemos, Jesucristo?», respondió la artista, engalanada con un extravagante indumentaria. Y entonces, la cantante dio inicio al concierto con la canción que le hizo saltar a la fama: Maricón, una crítica en clave de humor a la homofobia de la Iglesia y uno de sus temas más conocidos.
«Me arropo con mi fe cristiana, porque para eso soy tan virgen y tan santa», entonó Samantha mientras movía las caderas con un provocador y enérgico twerking.
El público, totalmente entregado, respondió pese a la amenaza de lluvia y acudió a la llamada. Entre los asistentes había numerosas personas del colectivo LGTBI. «¿Qué soy?» preguntó la protagonista en un momento dado: «Maricón», fue la respuesta unánime de sus fans.
Samantha Hudson: "Hay gente fascista muy moderna y eso da una rabia"
La artista ofreció un espectáculo con irónicas menciones a personajes como Pablo Motos, Arturo Pérez-Reverte o Bertín Osborne, y confesó que Aless Gibaja y Leticia Sabater son algunas de sus inspiraciones.
Una función en la que Samantha se atrevió a confesarse como «esclava de sus impulsos sexuales» y el público disfrutó de varios temas de su último disco: Dulce y bautizada, Hazme el favor o Chicote fueron algunas de las canciones que los asistentes corearon a todo pulmón, esta última dedicada al chef y presentador madrileño por ser «una canción que habla de pasión a fuego lento».
Las canciones se fueron sucediendo a través de un relato que contó la provocadora cantante: «Esta es la historia de una niña llamada Samantha que desde muy pequeña recibió la llamada del Señor».
Así, con sus letras ácidas y su humor subversivo, la polifacética artista, incómoda para algunos y ejemplo para otros, arrasó en su tierra natal en la segunda cita de los conciertos de Sant Sebastià organizados por Cort y aplazados a esta primavera por la covid.
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