«Estoy emocionadísima, ¡al fin la Fira del Ram está aquí! Es lo que más me gusta en el mundo». Así de eufórica se mostró ayer Ela Ramírez, de 18 años, tras entrar con sus colegas al recinto de Son Fusteret, dos años después. El olor a churros recién hechos, la música a todo trapo y las atracciones a pleno rendimiento, con sus respectivos espectáculos de luces, hacían real lo inimaginable unos meses atrás: la feria más popular de Mallorca ya está aquí y «ha venido con más fuerza que nunca».

Al menos fue el pronóstico de los feriantes encuestados, que se mostraron optimistas al ver «las ganas que tiene la gente de salir y disfrutar». Además, supone un balón de oxígeno para un sector que ha sido uno de los grandes damnificados de la pandemia de la covid-19 al «no poder trabajar, pero mantenido los mismos gastos mensuales». Sin embargo, ayer su inauguración fue sosegada. El goteo de personas no cesó (la mayoría eran familias con pequeños y grupos de jóvenes), pero tampoco hubo grandes tumultos de gente. «Aunque mejor, así mantenemos la distancia», aseguraba Yanina Soracco. 

Esta marratxinera acudió con sus dos hijos y su amiga Neus Ferrer, que tiene tres niños más, para disfrutar de un día de feria como antaño. «Nosotros venimos siempre. De hecho, en 2020 lo hicimos y a los pocos días cerraron por el coronavirus», nos contaba mientras no quitaba el ojo a sus hijos, a los que les dio veinte euros. «Aunque creo que he sido demasiado generosa ya que hay que volver dos veces más: con los primos y con otros amigos. Creo que a la próxima el presupuesto será más reducido», confesó entre risas. 

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Vuelve la Fira del Ram tras dos años de ausencia por la pandemia G. Bosch

También Maribel Rosselló ha reducido su presupuesto. «Tenemos cien euros para gastar, ni un euro más», afirmó. Esta palmesana acudió con su hija y sus dos nietos a celebrar, «como marca la tradición», el cumpleaños de su hija. Aunque los precios asustaron a Rosselló: «Me parecen muy exagerados. Cuatro o seis euros por montar en una atracción es muchísimo. Si fueran más bajos vendría más gente y gastarían más».

Una acusación de la que se defendió Fernando Sampedro, quien regenta la atracción Flic Flac. «El aumento de gastos nos ha obligado a subir un poco los precios [un euro en su caso] porque no nos salen las cuentas», sostuvo. Y lo arguyó con datos: solo el transporte en barco del camión y el trailer le ha costado 1.000, y tiene tres, a lo que hay que sumar el gasto del gasoil («que se ha encarecido una barbaridad») desde Logroño hasta Valencia. «Solo para venir aquí tengo más de 3.000 euros de gastos, por lo que este año solo he montado una atracción», explicó, al tiempo detalló que otros años traía, como mínimo, dos.

También David Roca vino de fuera. En concreto de Eivissa. Es la tercera generación en dirigir Atracciones Roca («coches de choque», puntualizó) y en su caso se ha resistido a subir los precios pese al incremento de gastos. «Llevamos dos años muy duros y no quiero que repercuta en la clientela», indicó. Y es que lo único que quiere este feriante de vocación es poder trabajar, sin trabas, como antes. «Aunque lo he pasado muy mal ya que he tenido que seguir pagando seguros, ITV, arreglos de vehículos... sin recibir ingresos, lo único que deseo es que nos dejen trabajar. Ya está», apuntó.

Unas palabras que corroboró Lola Bonnín, quien capitanea la Churrería Rosaleda: «Debemos estar contentos de que este año podemos estar aquí. Así que no he subido los precios [pese a que ha aumentado el coste de la electricidad] porque no le puedo hacer eso a mis clientes. Si en vez de cinco gano tres, ya estará bien». Bonnín lleva sesenta años en el negocio y es, como Roca, la tercera generación en regentar la empresa familiar. La covid no ha podido con estos negocios que tienen casi cien años de historia a sus espaldas. «Aquí seguimos, siempre mirando hacia delante», subrayó Bonnín, quien a partir de media tarde ya empezaba a tener algunas pequeñas colas. Pero nada destacable.

Con el regreso de la Fira del Ram a medio gas después de dos años de pandemia (en 2020 apenas duró unos días abierta por la covid), se espera que durante este puente su afluencia alcance cifras prepandémicas. Por el momento, el recinto de Son Fusteret mantendrá sus puertas abiertas hasta el 24 de abril, con más de cien atracciones como reclamo, tres de ellas nuevas. «Solo esperamos que las ganas de feria también se traduzcan en gasto», repitieron una y otra vez los feriantes.