El Palacio Real de La Almudaina ha abierto las Albercas Reales y la Torre dels Caps, dos espacios que normalmente están fuera de los recorridos turísticos, para que sean visitados hasta el 11 de abril.
Patrimonio Nacional ha puesto en marcha una campaña que amplía la oferta cultural como complemento gratuito con la entrada, cuyo precio ya se ha rebajado un 50% desde el pasado octubre y es gratis los miércoles (todo el día) y los domingos, de 15 a 18 horas.
Así, la Torre dels Caps y las Albercas Reales pueden visitarse cada media hora, los días laborables, y cada hora, el fin de semana, en grupos de máximo 15 personas. La visita a estos espacios no tiene un coste añadido y debe solicitarse en el momento de adquirir la entrada, ha informado Patrimonio Nacional.
La visita al Palacio de La Almudaina durante esta Semana Santa se realiza con controles de aforo y uso obligatorio de gel y mascarilla, entre otras medidas, cumpliendo las directrices y recomendaciones sanitarias de carácter estatal y del gobierno de la comunidad autónoma, al igual que ya lo viene haciendo desde su reapertura en junio de 2020.
La campaña, que comenzó el pasado 27 de marzo y estará vigente hasta el 11 de abril, “es una apuesta de la institución para apoyar el turismo de proximidad y contribuir a su revitalización en las Islas Baleares, en una semana marcada por la Semana Santa y, al mismo tiempo, los confinamientos perimetrales por el Covid-19”, ha explicado Patrimonio Nacional.
Tal como explica Patrimonio Nacional, las Albercas Reales, de origen musulmán, posiblemente del siglo X, están integradas en el espacio que ocuparon los antiguos Jardines de La Reina y cumplían la función de reserva de agua, que procedía de la Font de la Vila. Esta reserva se usaba para el riego y para abrevar al ganado, así como para abastecer las cisternas, los baños y las fuentes, tan importantes en caso de asedio.
La Torre dels Caps recibe este nombre de su antigua función como espacio para la exhibición de las cabezas decapitadas de los condenados, de manera que los ciudadanos pudieran contemplar las consecuencias de transgredir la ley. La torre original fue destruida por un terremoto en 1851, aunque ya entonces se encontraba en un estado ruinoso. La construcción actual, dirigida por el arquitecto Reynés, data de 1915 y se diseñó con el Castellet de Perpiñán como referencia.
